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¿Qué es el ligamento cruzado anterior?
Se trata de una banda fibrosa que va desde el fémur hasta la tibia, anclando a esta para que no se desplace hacia delante o hacia dentro cuando la rodilla se mueve. Hay otro ligamento cruzado que le apoya en esta misión, el ligamento cruzado interno, pero el más tendente a sufrir roturas es el más externo. Estos ligamentos, junto con los meniscos y otras estructuras, controlan la movilidad de la rodilla y las estructuras anexas (fémur, tibia, rótula. ).
¿Hay razas predispuestas a sufrir rotura del ligamento cruzado anterior?
Podemos considerar, para facilitar la información, que afecta sobre todo a dos grupos de perros diferentes:
- Perros de talla pequeña-mediana, sobre todo de edad media, de patas cortas. Es inevitable pensar en el shih tzu o en el carlino al mencionar este grupo de riesgo. Estas razas, además, tienen el inconveniente de ser predispuestas a problemas de discolagenosis, una degeneración del colágeno articular que predispone aún más a estos problemas.
- Perros de talla grande-gigante, como el labrador, rottweiler o mastín napolitano.
No obstante, cualquier perro puede sufrir cojera de una pata trasera por rotura de ligamento cruzado anterior. Sobre todo, perros que hacen ejercicio brusco sin calentamiento previo, en saltos en seco para subirse al sofá, o en una rotación estando parado al girar para coger una simple pelota.
¿Y cómo distinguir esa cojera de otras?
Por lo general, esta cojera de la pata posterior por rotura del ligamento cruzado anterior se presenta demanera brusca. Es muy dolorosa y el perro camina sin apoyar la pata, o lo hace de manera muy leve. Cuando está parado, extiende la pata posterior afectada externamente, es decir, la aleja del cuerpo para no cargar el peso en ella, y si se sienta suele extender la pata hacia delante o hacia el exterior con respecto a su cuerpo. Son maneras de aliviar la tensión en la rodilla.
Puede aparecer inflamación en la rodilla, pero no siempre se ve. Todos los síntomas serán más o menos intensos, dependiendo de si el ligamento se ha roto del todo, o parcialmente (como una cuerda deshilachada).
Luxación de la rótula
La rótula está alojada entre las trócleas del fémur, en un surco creado especialmente para ella. Por así decirlo, es como un sillón de oreja: se puede mover en él hacia arriba y hacia abajo, pero no a derecha ni a izquierda. Si nos fijamos, la flexión o extensión de la rodilla conlleva justo esos movimiento, hacia arriba o abajo.
Pero a veces la rótula se luxa, y comienza a moverse hacia el lateral o medial. Eso puede ocurrir por dos causas, principalmente:
- Congénitas: ya desde el nacimiento, el alojamiento natural de la rótula es defectuoso, y esta puede moverse a su libre albedrío. Suele afectar a razas tipo caniche toy, pequinés, Yorkshire. y muchas veces es solo uno de los muchos defectos congéntios que pueden tener estas razas a nivel óseo, como la enfermedad de legg calve perthes, por ejemplo. Notaremos que nuestro perro va asaltitos, dejando la pata trasera afectada en el aire cuando baja o sube escaleras, y luego camina normal tras unos pasos. Solemos pensar que es porque es cachorro, pero ya en ese momento debería consultarse, sobre todo si es una raza de las que más padecen luxación de rótula.
- Por traumatismos: tras una fractura, como la producida después de un atropello, puede aparecer esta luxación, o tras un fuerte golpe en la rodilla.
Los grados de luxación son variables, y pueden intentar solucionarse con limitación del ejercicio, y otras medidas de fisioterapia. Las razas grandes no están libre de ella, y puede aparecer luxación lateral en razas gigantes, así que nuestro veterinario hará un completo examen para descartarla.
¿QUÉ ES LA COJERA Y POR QUÉ MI PERRO COJEA?
La cojera es un problema que afecta frecuentemente a los perros. No es una enfermedad en sí, sino que indica que existe algún problema con la extremidad afectada. Es un síntoma de dolor y puede afectar a perros de cualquier raza o edad, aunque algunas causas son más frecuentes en algunas razas, en perros jóvenes o en perros de avanzada edad. Cualquier de las cuatro patas puede verse afectada por una cojera, y a veces pueden estarlo varias a la vez.
¿CUALES SON LAS CAUSAS MÁS FRECUENTES DE COJERAS EN PERROS?
Las cojeras pueden aparecer repentinamente (agudas) o estar presentes durante semanas o incluso meses (crónicas) dependiendo de la causa que las produzca:
- Las cojeras de aparición repentina se asocian a golpes, caídas, fracturas de hueso, rotura de un ligamento, problemas de cadera, etc.
- Las cojeras de larga duración se asocian a artrosis, a enfermedades degenerativas de las rodillas, la cadera, el hombro y el codo o a tumores.
Algunas de las causas más frecuentes de las cojeras son:
- En patas tanto anteriores (delanteras) como posteriores (traseras):
- Objetos clavados en la almohadilla u otras heridas que la afecten
- Uñas rotas
- Uñas que ha crecido demasiado y que se clavan en la piel o en la almohadilla
- Fracturas de huesos por caídas, golpes o atropellos
- Problemas musculares
- Problemas asociados a tendones
- Artrosis o enfermedad degenerativa articular
- Panosteitis
- Inflamación o infección de varias articulaciones (poliartritis)
- Tumores
En patas anteriores (delanteras):
- Displasia de codo
- Osteocondrosis del hombro o el codo
En patas posteriores (traseras):
- Displasia de cadera
- Rotura del ligamento cruzado de la rodilla
- Osteocondrosis de la rodilla
¿QUÉ HACER EN CADA CASO?
Como nos pasa a los humanos, pueden ser varios los motivos por los que mi perro cojea:
1. Herida o cuerpo extraño clavado en las patas. sobre todo si habéis estado paseando por el bosque, es posible que una espina, una piedra o cualquier otro elemento le haya provocado una herida o incluso se le haya quedado incrustado.
“¿Qué hago?”. Si tiene algo clavado, usa unas pinzas para quitárselo. Después, en caso de que sea una herida, aplica un poco de alcohol o agua oxigenada. Si la herida es muy profunda, acude al veterinario para que le ponga puntos de sutura.
2. Esguince. Si a tu perro le encantan los juegos y correr como un loco, es posible que en una de sus aventuras se haya esguinzado una pata. Lo notarás porque no la apoya y la tiene blanda e hinchada.
“¿Qué hago?”. Intenta bajarle la hinchazón con una compresa de agua fría o con hielo.
3. Dislocación. También puede que se haya dislocado alguno de sus huesos, es decir, que se haya salido de su lugar.
“¿Qué hago?”. No intentes colocarle el hueso tú mismo, acude de manera inmediata al veterinario, ya puede tener hemorragias internas.
4. Hueso roto. Las carreras y los juegos de tu perro pueden acabar con un hueso roto y que, de hecho, no lo note en ese momento. Pero verás que al cabo de un rato se queja si le tocas y no apoya la pata.
“¿Qué hago?”. Acude inmediatamente al veterinario. Solo él sabe cómo fijar la fractura de tu perro, y hacer que se cure bien y de manera rápida.
5. Quistes interdigitales. Algunas razas de perro son propensas a padecer estos quistes, los cuales pueden infectarse por la presencia de bacterias. Si tu perro cojea y tiene la parte superior del pie inflamada y rojiza, es probable que sufra estos quistes.
“¿Qué hago?”. Acude al veterinario para que le recete un tratamiento (antibióticos) y te aconseje cómo prevenir la aparición de estos quistes interdigitales.
6. Displasia articular. Se trata de un defecto congénito que provoca que las articulaciones no se conecten bien entre sí durante su desarrollo. Las más frecuentes son las de cadera y de codo. Las razas más propensas a sufrirlas son el pastor alemán, el labrador retriever, el golden retriever o el rottweiler. Los síntomas de la cojera suelen aparecer durante el primer año de vida.
“¿Qué hago?”. Este problema ha de tratarse con una intervención quirúrgica, por lo que es importante que acudas al veterinario en cuanto notes la cojera de tu perro.
7. Artritis. Se trata de una enfermedad degenerativa de las articulaciones y es habitual en perros de mediana (de 3 a 7 años) y avanzada edad (más de 7 años). Consiste en una inflamación de las articulaciones, por lo que el perro puede mostrar dolor y dificultad para levantarse.
“¿Qué hago?”. Acude al veterinario para ver si puede tratarse con medicación o si incluso necesita cirugía.
8. Panosteitis. Se trata de una enfermedad de dolor intenso de los huesos que aparecen en perros jóvenes (entre los 5 y 18 meses) de razas grandes (sobre todo, el pastor alemán). Causa cojeras intermitentes y se diagnostica por los síntomas y una radiografía.
“¿Qué hago?”. Aunque la cojera suele solucionarse de manera espontánea, acude al veterinario para que te aconseje adecuadamente.
En cualquier caso, nunca le des a tu perro medicación antiinflamatoria o analgésica para personas. ¡Muchas son tóxicas para los perros! Pueden causar vómitos, diarrea, úlceras o problemas de hígado y riñón.
Sin embargo, aunque en principio se trate de un simple rasguño, si no desaparece tras un día de reposo, es importante acudir al veterinario para descartar una infección o algún problema de mayor envergadura. ¡No lo dejes para dos días después! Lleva a tu perro al veterinario para que le haga una exploración física completa y pueda volver a correr como antes.
Mi perro cojea de la pata trasera pero no se queja
Aunque creas que tu perro cojea de la pata trasera y que lo hace sin dolor, no esperes a verlo protestar. Los peludos son muy capaces de alargar la piernecita magullada y seguir caminando con las otras tres sin quejarse. Eso sí, lo único que lograrás si no haces algo es que se machaque también la otra, empeorando el problema, sobre todo si tiene algo de obesidad.
El problema más común por el que tu perro puede empezar a cojear es por una rozadura o irritación en sus almohadillas, en su piececito. Si se ha hecho daño, estirará la pata y bufará. Asegúrate de exanimarlas antes de dejar tu consulta, en función de si se trata de un corte o de una inflamación habrá que tomar una medida u otra. Si ves que las tiene hinchadas, consulta con un urgencia a un veterinario porque puede tratarse de un síntoma de moquillo.
Mi perro se ha hecho daño en una pata y la mueve raro
La segunda causa más frecuente de que tu perro cojee es por un golpe fuerte. Los impactos que tu perro recibe en la rodilla son muy peligrosos, pues podrían luxarle la rótula. Piensa en ella como en la articulación de su pierna pues es la que le permite moverla. Si detectas que está haciendo movimientos raros con ella puede tenerla luxada, es decir, ha adoptado una postura anormal que le impide girarla bien.
Además de por un traumatismo, la luxación de rótula puede darse por causas hereditarias, naciendo con ella mal. La manera más habitual de solucionar este problema es mediante una intervención quirúrgica.
Mi perro cojea de repente en una pata, ¿qué le pasa?
La pata trasera de tu perro está compuesta de dos huesos: el fémur y la tibia. Entre ambos existe un ligamento, un tejido que los une. Este puede lastimarse o romperse. La rotura del ligamento de su pata trasera es el diagnóstico más habitual si tu perro se pone a cojear de repente y sin previo aviso, sin un golpe de por medio.
Hay razas de perros propensos a estas lesiones, sobre todo los que son de razas grandes o pequeñas. Tendrás que llevarlo al veterinario para confirmar el diagnóstico, pues además de confirmarte que se trata de este problema también podrá determinar si ha aparecido a causa de una artrosis, que también hay que tratar.
Por fortuna, en esta situación no siempre es necesario operar, a veces con reposo y los cuidados adecuados, podrá recuperarse. Déjanos una consulta para recibir una solución personalizada de parte de nuestros veterinarios online.
Mi perro cojea al levantarse y da tumbos, ¿qué le pasa?
Como decíamos, son dos los huesos que conforman la patita de tu peludo. El que está en la parte superior y conecta con la pelvis es el fémur. Pues bien, en ocasiones, la cabeza del fémur no encaja bien en su base y se descoloca. Esto produce displasia de cadera, que le provocará a tu perro ese movimiento tan extraño que suele manifestar al levantarse tras estar un rato tumbado.
La displasia de cadera degenera en problemas peores, como la artritis. Con el tiempo, tu perro perderá flexibilidad en los músculos y evitará salir a la calle o hacer cualquier tipo de movimientos. Si no hace deporte, engordará, su ánimo decaerá y también se irá a pique su sistema inmune. Este problema ha de ser determinado por un veterinario que le recomendará fisioterapia, una dieta y unos ejercicios concretos para que se mejore. En algunos casos, será necesario intervenir y ponerle una prótesis.
Además de estos casos, tu perro puede cojear por culpa de un osteosarcoma, una inflamación del hueso o una necrosis en la cabeza del fémur. Como ves, nunca puedes dejar pasar la cojera de tu peludo, porque si no le prestas atención solo conseguirás que la situación empeore. Cuenta con nuestros veterinarios online para hacer todas las consultas que necesites.
¿Te has quedado con dudas? Pregunta a nuestros veterinarios:
¿Qué pruebas se pueden hacer?
Las pruebas para detectar la luxación de rótula y determinar por qué el perro cojea de una patat trasera suelen ser:
- Exploración básica: la rodilla "cruje" a la manipulación.
- Radiografías para detectar signos de artrosis, o roturas de las trócleas del fémur tras un golpe.
- Artroscopia o resonancia magnética.
Aunque el veterinario ya tenga el diagnóstico, se necesita saber cómo está de afectada la rodilla, pues el roce constante de la rótula sobre las superficies del fémur da lugar a un desgaste de las mismas y una artrosis que es necesario conocer para dar un pronóstico.
Hay muchas técnicas quirúrgicas que van desde una relativamente sencilla, como hacer el surcoentre las trócleas del fémur más profundo, hasta otras mucho más complicadas que implican recolocar un trozo de la parte anterior de la tibia para aliviar la tensión de la rótula. Cada técnica variará según el caso y según el grado de luxación (va de l a lV). También del tiempo que lleve con este problema, o si existen más problemas óseos como patologías en las caderas o de la cabeza del fémur.
Displasia de cadera
La displasia de cadera es una patología a la que contribuyen múltiples causas (de manejo, ambientales, alimentarias. ), pero tiene una base genética. A modo de resumen, la cabeza del fémur no encaja de forma correcta en el hueco específico para ella en la pelvis, y aunque su desencadenamiento sea multifactorial, el perro que la manifiesta tiene una "programación genética" para sufrirla. De ahí que destinar a la reproducción perros con esta patología congénita sea totalmente censurable.
Hay razas muy afectadas, como el labrador, mastín español o el dogo de burdeos, por ejemplo. Pero existen varios grados de displasia, y las leves pueden pasar desapercibidas al principio para los propietarios. No obstante, en casos moderados o graves, notaremos indicios a los 5-6 meses de edad. Nuestro perro caminará "bamboleando" las caderas de forma característica , y con el tiempo, la cabeza del fémur rozará en el acetábulo en el que no termina de encajar, y provocará artritis y artrosis. De ahí, la cojera muchas veces aguda, que puede observarse en una o las dos patas traseras. Si el ligamento que une la cabeza del fémur al acetábulo se rompe del todo, el cuadro suele ser aún más grave.
Los síntomas, además de la típica marcha oscilante que detectamos al comienzo, pueden ser:
- Dificultad para comenzar la marcha tras un periodo de reposo.
- Rigidez muscular.
- Resistencia al movimiento, sobre todo bajada y subida de escaleras.
- Finalmente, cuando los cambios degenerativos de la articulación de la cadera son graves, cojera aguda que imposibilita la marcha.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento es complicado, y se puede intentar la rehabilitación con fisioterapia en los grados más leves, aportando además una alimentación de calidad diseñada para patologías articulares y óseas, prestando especial atención a no proporcionar calcio en exceso, error en el que se caía con las razas gigantes de rápido crecimiento. Los antiinflamatorios y los protectores del cartílago, como el ácido hialurónico y el condroitín sulfato están indicados para ayudar a detener la progresión y mejorar los síntomas.
En grados más graves, la displasia se debe corregir mediante cirugía ortopédica, por lo general complicadas. Hay múltiples técnicas, desde la excisión de la cabeza del fémur (artroplastia) si el perro es pequeño o mediano y no debe soportar mucho peso, hasta la osteotomía triple pélvica, una intervención agresiva que a veces es la única solución para que nuestro perro vuelva a caminar. Las prótesis de titanio para sustituir la cabeza del fémur se están utilizando desde hace unos años con gran éxito, pero su coste es elevado y se reserva para los casos que no se preveé que respondan a ninguna otra cirugía.
En nuestro artículo sobre la displasia de cadera en perros se puede ampliar la información sobre esta posible causa de cojera de la pata trasera.
Panosteítis de crecimiento
El término panosteítis hace referencia a "inflamación de todo el hueso o de todos los huesos", de forma literal. El dolor en este caso obedece a una inflamación de la capa más externa que recubre al hueso (periostio), y aunque puede deberse a varias causas, la que nos ocupa aquí, es la panosteítis de crecimiento.
Es mucho más frecuente en perros de crecimiento rápido y marcado, es decir, razas grandes y gigantes en los meses de desarrollo (entre 5-14 meses de edad, por lo general). Suelen afectar a los huesos largos, como el fémur, de ahí que puedan provocar cojera en la pata trasera.
A veces se presenta de forma aguda, y otras más leve. El uso de antiinflamatorios, una alimentación cuidada, una pauta de ejercicios suaves y, sobre todo, el tiempo, la hace desaparecer.
Necrosis avascular de la cabeza del fémur
La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes o necrosis avascular de la cabeza del fémur es otra causa de cojera de la pata trasera en perros. Suele afectar a razas mini o toyen crecimiento, como el mini pinscher, caniche toy o Yorkshire, y a veces se confunde con la displasia de cadera.
La cabeza del fémur deja de recibir flujo sanguíneo en una etapa crítica (por ello se necrosa), y entre los 4-9 meses podemos ver los siguientes síntomas:
- Cojera marcada.
- Atrofia de los músculos.
- Acortamiento de la pata afectada (por la atrofia muscular).
- Crepitaciones a la manipulación y manifiesto de dolor.
¿Es hereditaria?
Hasta hace un tiempo se aceptaba que era la única explicación. Pero ahora se cree que las microfracturas en la zona producen una drástica reducción del riego sanguíneo y, de ahí, la muerte o necrosis del cuello y cabeza femoral. Seguramente el escaso tamaño de las razas afectadas las predisponga a sufrir esos pequeños traumatismos continuos en la zona, que acabe derivando en esta enfermedad.
Su tratamiento es quirúrgico, mediante la exéresis de la cabeza femoral afectada (pueden ser ambas), y el hecho de que los perros perjudicados suelan tener un tamaño muy pequeño, facilita la cirugía y su recuperación.
Hay más información disponible sobre la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes en el artículo de ExpertoAnimal íntegramente dedicado a ella, ¡consúltalo!
Otras causas de cojera de una pata trasera
Existen decenas de posibles causas que pueden originar que nuestro perro cojee de la pata trasera, además de las mencionadas. Si aún no has encontrado respuesta a la pregunta " ¿por qué tu perro cojea de la pata trasera?", puede que se esté en esta lista que te exponemos a continuación:
- Osteosarcoma: es el tumor óseo primario más común en perros y uno de los más malignos. Afecta por lo general más a los perros de raza mediana-grande y jóvenes, aunque puede verse en cualquier tamaño y edad. En la pata trasera, su localización más típica es cerca de la rodilla, en la parte distal del fémur o proximal de la tibia. Es muy doloroso, de ráp >
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Por qué mi perro cojea de una pata trasera?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Otros problemas de salud.
¿Qué es un esguince en perros?
Antes de conocer toda la información sobre la cura de los esguinces, es necesario conocer en qué consiste esta lesión. Para empezar, hay que señalar que estos trastornos se producen en las articulaciones del can, principalmente en las patas.
Hablamos de esguince siempre que los ligamentos que forman estas articulaciones y las fibras muscularesse rompan de forma parcial o total. Cuando mayor sea la rotura, mayor será la gravedad de dicha lesión y mayor será el tiempo de recuperación.
Una vez que nos queda claro qué es un esguince, estamos preparados para conocer toda la información de interés que te agrupamos en este artículo. ¡Sigue leyendo para saber más!
¿Cómo saber que mi perro tiene un esguince?
Antes de solucionar cualquier problema físico de nuestro perro, como es lógico, deberemos cerciorarnos de que dicha complicación existe en el cuerpo de nuestra mascota. Por este motivo, explicamos varios síntomas que evidencian la aparición de un esguince en la pata de tu can:
Evidentemente el principal síntoma de un esguince en la pata de tu perro es la cojera. Es probable que contemples que el can no termina de apoyar alguna de las patasen el suelo para evitar los dolores que le produce esta patología.
A pesar de que es un síntoma claro, el hecho de que tu perro cojee no implica siempre que este padezca un esguince en alguna de las articulaciones. Este síntoma también se muestra, por ejemplo, cuando nuestra mascota tiene algo clavado en sus almohadillas. ¡Comprueba que esta parte de sus patas esté libre de agentes externos que dificulten su apoyo en el suelo!
Si quieres descubrir más curiosidades sobre las almohadillas de los perros, puedes consultar nuestro artículo Heridas en las almohadillas de perros: causas, tratamiento y prevenciones.
Sensibilidad en la articulación
Como también es lógico, nuestro can rechazará cualquier tipo de contacto en la articulación afectada por el esguince y reaccionará con gestos de dolor cuando presionemos levemente la misma.
Estado de estrés
El dolor y la molestia producida por un esguince en su pata pueden llevar a tu perro a sufrir otras patologías más internas como el estrés. ¿Cómo notaremos el estrés en nuestro perro? Nos muestran este estado los comportamientos nerviosos, los ladridos excesivos e injustificados, el lamido continuo a su cuerpo, etc. Descubre si tu perro tiene ansiedad o no en este artículo.
Causas de que mi perro tenga un esguince
Aunque los perros nos sacan años de ventaja en cuanto agilidad se refiere, es cierto que pueden tener “mala pata” en determinados momentos de su día a día, ocasionándose un trastorno en sus articulaciones.
Una caída, un salto mal ejecutado o un tropiezo inesperado pueden ser causantes de un esguince en alguna de las patas de tu mascota. También cabe la posibilidad de que estas lesiones se produzcan cuando nuestro perro se ha peleado con otro o incluso cuando ha realizado un estiramiento desafortunado.
La degeneración paulatina de las fibras musculares y de los ligamentos que conforman las patas de un perro son causas que hay que añadir a este apartado. Los esguinces provocados por esta situación corporal son más comunes, como es lógico, en perros con una edad avanzada.
Esguince de nivel 1
Cuando nos referimos a un esguince de nivel uno, la lesión de nuestra mascota es la más leve posible. En este caso, el ligamento del can se ha roto mínimamente, lo que le ocasiona molestias al caminar.
En este tipo de esguinces, el perro es capaz de andar (a veces no de forma correcta), ya que las molestias no son muy grandes, pero es incapaz de saltar y de correr. La inflamación de la zona y los dolores son reseñables.
Esguince de nivel 2
En este caso, el ligamento y las fibras musculares relacionadas con la articulación se rompen, aunque los huesos de la misma no se ven afectados. Hablamos de un desgarre mayor que en el caso anterior, por lo que los síntomas del esguince se agravan: incremento del dolor, mayor molestia, aumento de la hinchazón, etc.
Esguince de nivel 3
Es el esguince más agresivo que existe, puesto que los ligamentos quedan totalmente rotos y los huesos de la articulación también se ven afectados. Por suerte, es un grado de la lesión menos frecuente y suele deberse a traumatismos muy fuertes y excepcionales.
Tratamiento para el esguince en la pata de un perro
¿Cómo curar un esguince en la pata a mi perro? Lo primero que debemos tener en cuenta es que solo un profesional cualificado es la persona idónea para curar un esguince en la pata o patas de nuestro perro. Por ello, lo primero que debes hacer si tienes la sospecha de que tu perro tiene un esguince es acudir alveterinario.
Este profesional, a través de diversas pruebas será el encargado de comprobar si tu mascota padece un esguince o no y llevará a cabo los remedios más eficaces. A la hora de hablar del tratamiento para curar el esguince, hay que señalar que el mismo dependerá del grado de la dolencia y del historial veterinario del can.
No podemos señalar un remedio fijo para curar esta dolencia en las articulaciones, sin embargo, podemos explicar las recomendaciones más comunes que suele detallar un veterinario profesional:
– Fármacos específicos. El veterinario suele recetar este tipo de medicamentos al can para calmar la inflamación y el dolor en la zona. En este sentido, destacamos antiinflamatorios y analgésicos. Recordamos que deben de ser recetados por el veterinario.
– Reposoabsoluto. Se trata de una medida clave para que el ligamento de la articulación pueda recuperarse de la forma más rápida y sana posible. ¡El movimiento debe ser el mínimo!
– Cirugía. En los esguinces más graves, será totalmente necesaria la cirugía para poder reconstruir la articulación del animal.
– Revisiones periódicas. El seguimiento de la recuperación del animal es básico para que esta se haga efectiva. Gracias a estas revisiones, se podrán corregir posibles fallos en la rehabilitación del animal.
– Técnicas para ejercitar la articulación. Una vez nuestro can se encuentra en la última fase de recuperación tras una intervención quirúrgica, muchos veterinarios recomiendan la realización de técnicas que ayudan a recuperar el movimiento en las patas como puede ser la hidroterapia.
Si deseas contar con el mejor servicio veterinario para curar el esguince de tu perro, te recordamos que MASCOTA Y SALUD cuenta con un abanico de clínicas y de profesionales que estarán a la altura de tus expectativas. ¡Tan solo tienes que clicar en nuestro banner y tendrás toda la información!