Ficha del animal: Agapornis
Los agapornis son mascotas muy populares que tienen sus raíces en África principalmente. Son muchas aquellas personas que deciden adoptar a un agapornis ya sea por su vivo colorido o su personalidad alegre y juguetona.
Son pájaros muy sociables y cariñosos, conocidos como inseparables ya que les encanta rodearse de miembros de su misma especie y formar una pareja para toda la vida.
Además sus capacidades son varias ya que la versatilidad en sus patas hace que sean capaces de manipular objetos. Por ese motivo muchas personas acogen en sus hogares agapornis bebés a los cuales se les puede enseñar y adiestrar. Sigue leyendo este artículo de ExpertoAnimal para saber cómo adiestrar agapornis.
La paciencia del adiestramiento
En cualquier caso, un ave es un ser complejo de adiestrar, más que un perro o un gato. Es por ese motivo que debes tener claro que aunque adiestrar a tu agapornis es posible deberás tener mucha paciencia y utilizar siempre el refuerzo positivo.
- Si tienes un agapornis papillero (es decir, que aún se alimenta con papilla) la tarea va a resultarte más sencilla, pues muy probablemente estará acostumbrado a ti y no tendrá reparos en interactuar contigo.
Coge confianza con él
Hablarle con voz suave, darle fruta y ponerle música son opciones para crear un ambiente en el que los dos podáis conectar. Haz que se acostumbre a verte así como a oír tu voz, es fundamental que empieces a adiestrarle sin que tu mascota te tenga miedo.
Los gritos son muy perjudiciales en este proceso ya que las aves son animales muy sensibles que se alteran con facilidad al escuchar ruidos bruscos. Para llamar su atención sílbale con suavidad, probablemente te responderá.
Sé persistente
Muy probablemente el agapornis no estará muy de acuerdo en interactuar contigo las primeras veces. Por el contrario, si cada día le dedicas atenciones y te preocupas de socializarlo, poco a poco se irá mostrando más confiado y relajado contigo.
Utiliza tu imaginación para estimularle con objetos, musca e incluso imágenes que le gusten. Recuerda que son un tipo de aves inteligentes que destacan por su curiosidad y simpatía.
Consejos para adiestrar a tu agapornis
Si tu pájaro ya te conoce y se muestra tranquilo ante tu presencia, puedes empezar con el adiestramiento del agapornis. En primer lugar, durante una semana aproximadamente, vas a empezar a meter la mano en la jaula. Hazlo de forma relajada y no le toques, sencillamente déjala allí e intenta ofrecerle algún tipo de fruta o golosina que le guste. Si no la acepta al principio, no te preocupes, es normal. Sigue intentando interactuar con él pero nunca le presiones.
Recuerda que los pájaros son criaturas sensibles y delicadas, necesitan su tiempo al igual que lo necesitarías tú si te encontraras en su situación. Intenta ser amigable con tu mascota.
¿Tu pájaro ha comido de tu mano? ¿Se sube encima de tu dedo?
Solo en estos casos puedes empezar el adiestramiento. El pájaro debe tener confianza en ti y por eso este es un paso muy importante. Debes saber que pocas personas tienen la paciencia y la sensibilidad para educar a un pájaro, eres uno de los poco afortunados.
- Hazte con unas golosinas o con comida que le guste.
- Elige un lugar cerrado, una habitación o la sala de estar. Cierra las ventanas para evitar que choque contra ellas y retira del espacio los objetos punzantes o que puedan resultar dañinos para él.
- Deja la jaula en la misma sala, provista de comida y agua.
- Prepárate para estar en esa habitación durante un largo período de tiempo si fuera necesario.
Introduce la mano dentro de la jaula y cuando se pose encima de tu dedo déjale salir. No te preocupes si vuela, si tienes las ventanas cubiertas no tiene por qué hacerse daño.
Déjale tiempo para que disfrute de volar en libertad, es muy necesario, tu ave agradecerá estos momentos en los que puede desarrollar su musculatura e investigar por su cuenta. Obviamente deberás estar presente y vigilar su comportamiento. Los agapornis tienden a ser algo destructivos cuando enloquecen con algunos objetos, procura que no se haga daño.
¡No le cojas! Intenta que vuelva a ti mediante palabras suaves, golosinas u otra técnica que utilices en tu relación con él. Si no lo hace no te preocupes, prepárate para estar en el cuarto un buen rato, volverá a su jaula una vez tenga hambre o sed.
El bienestar de tu agapornis
Recuerda que un agapornis no es un juguete, trátalo con cuidado y sé paciente en su adiestramiento. No le fuerces ni seas persistente, eres el responsable directo de su bienestar. Poco a poco y a base de confianza y cariño tu agapornis aprenderá a hacer diversos trucos o a comportarse como tu deseas fuera de la jaula.
Además debes saber:
- No te pases dándole golosinas, si le das en exceso puede engordar, utiliza besos caricias y alabanzas como premio.
- No te excedas en el tiempo de adiestramiento, 20 minutos es tiempo suficiente para no agotarle. Practica de forma diaria para que se sienta feliz junto a ti.
- Si recibes un picotazo en los primeros pasos no retires la mano, si lo haces el comprenderá que tiene una poderosa arma en el pico, utiliza guantes de color carne en la próxima ocasión.
- Si te picotea en la fase básica del adiestramiento empieza a utilizar la palabra no y devuélvelo a la jaula.
- El agapornis es un animal sensible, el detecta tu nerviosismo, por ese motivo estáte relajado siempre que te relaciones con él.
- No le grites ni le hagas daño, eso solo generará desconfianza y miedo en el animal.
- Es importante que permanezca en su jaula, no dejes que pase todo el día fuera de ella ya que en un descuido podría escaparse y no saber volver.
- Les gusta hablar, puedes enseñarle a hablar repitiéndole siempre las mismas frases.
Para ampliar tu información sobre esta hermosa ave, no dudes en consultar nuestra guía completa de cuidados de un agapornis.
Si deseas leer más artículos parecidos a Adiestrar agapornis, te recomendamos que entres en nuestra sección de Educación básica.
sábado, 25 de octubre de 2008
Por el estrecho vínculo que se crea entre la pareja, a estas aves también se las conoce como “Los Inseparables”. Inseparables hasta el punto de que se vuelve una labor extremadamente difícil sacar adelante un único agaporni. Si no se le dedica el tiempo suficiente, la soledad, el aburrimiento y la frustración sexual, muchas veces le hacen desarrollar conductas compulsivas, pudiendo en casos extremos incluso conducirle a la muerte.
– La Higiene: se debe eliminar DIARIAMENTE cualquier resto de comida del comedero y limpiar éste, así como lo depositado en el fondo de la jaula para evitar el crecimiento de microorganismos patógenos para el animal (como bacterias, hongos. ).
– La Iluminación: el agaporni es un ave tropical acostumbrada a recibir grandes dosis de luz solar. Ésta le facilita la asimilación de la vitamina D que a su vez le permite fijar el calcio a los huesos. Lo que ocurre al cambiarlo de hábitat y no recibir la luz suficiente, es que su organismo no puede llevar a cabo correctamente esta función. Como consecuencia, con el paso del tiempo suelen terminar desarrollando enfermedades como osteoporosis, artrosis, etc.
Para evitarlo, aparte de tenerles expuestos lo más posible a la luz del día, es necesario ponerles una bombilla ultravioleta que les irradie durante unas 3 horas diarias.
– Los Tóxicos y la Cocina: diréis que qué tienen que ver. Pues mucho. Por si hay algún despistado, puntualizar que a todo animal siempre se le debe mantener lo más alejado posible de cualquier fuente tóxica: insecticidas, abonos, medicinas, detergentes. ¡Y ahí le hemos dado! Porque la cocina es la parte de la casa donde más productos de limpieza se emplean a lo largo del día. Están por tanto en el AMBIENTE. Añadir todavía todos los vapores que se desprenden a la hora de guisar, y el resultado es un lugar, el peor de toda la casa en el que puede habitar un animal.
– El Factor Humedad: aunque a los pájaros de por sí les gusta darse un chapuzón de vez en cuando, a la piel de un agaporni esto no le proporciona humedad suficiente para evitarle molestos picores y fomentar lo bastente el acicalamiento. El objetivo es recrear lo mejor posible el ambiente de su clima tropical de origen por lo que se recomienda pulverizarle dos veces al día con un poco de agua templada. (¡ojo! no de forma directa, sino en forma de lluvia para que no le cogen fobia al pulverizador).
– La Alimentación: la gran mayoría de los propietarios, alimenta a su ave con la típica mezcla de semillas con pipas. Le da de cuando en cuando algún que otro trozo de manzana, de lechuga. y ya. ¡MAL!
El desconocimiento de las necesidades nutricionales del animal hace que se le alimente con dietas inapropiadas, desequilibradas y deficientes, que provocan la aparición a corto, medio o largo plazo, de alteraciones en el estado de salud del ave. Para evitar estos problemas lo más práctico es recurrir a los piensos compuestos elaborados específicamente para aves de diversos tipos.
Habitualmente, el animal acostumbrado a comer solo mezclas de semillas, al principio los rechazará. Pero con MUCHA PACIENCIA y, pájaro y dueño, poniendo ambos de su parte, se terminará habituando . Y desde luego que estos compuestos son la opción más cómoda y equilibrada.
Además del pienso al agaporni se le debe proporcionar:
– Agua: que se debe poner limpia a diario.
– Fuentes de Calcio (deben estar siempre disponibles para el animal): jibia, conchilla de ostra, bloques minerales, calcio en tabletas o líquido.
Los piensos se pueden suplementar con fruta - a excepción del aguacate que para ellos es TÓXICO - y otros alimentos que se describen a continuación en una opción alternativa a la de los piensos comerciales, la "Dieta Casera"
Debemos proporcionar al animal dietas variadas y equilibradas, huyendo de las dietas monótonas (solo pipas por ejemplo), que erróneamente vienen siendo utilizadas, y son desequilibradas.
Alimentos caseros entre los que elegir para la preparación de una dieta básica:
– Cereales y Semillas (45 – 50 % de la dieta ): mijo, avena, arroz integral hervido, maíz (cocido, enlatado), trigo, cebada, cañamones, pipas (no debe sobrepasar el 15% de la dieta). Dentro de este apartado se pueden incluir el pan integral, las galletas y la pasta remojada.
– Verduras (40 – 45 % de la dieta): las verduras más nutritivas son las de color oscuro como el brécol, las endivias, la remolacha, la zanahoria (entera, picada o hervida), las espinacas (frescas o congeladas), la calabaza y otras como el diente de león o la pamplina, recogidos de zonas no contaminadas (evitar zonas próximas a carreteras o fumigadas). Se puede emplear también menestra congelada de consumo humano (previa descongelación).
– Frutas (5 – 7,5 % de la dieta): cualquier fruta de la temporada y cítricos, evitando el aguacate que insisto, para ellos es TÓXICO (sobre todo la semilla). Son especialmente apetecibles las uvas, las fresas, las manzanas, el melón, las cerezas.
– Legumbre y otras fuentes de proteínas (5 – 7,5 % de la dieta): judías, lentejas, guisantes, garbanzos (remojados o cocidos), cacahuetes (no abusar por su alto contenido en grasa), pienso de perro, tortilla francesa sin sal, huevo cocido.
– Grit: es una especie de arena o piedrecillas que utiliza el ave para digerir las semillas sin pelar. Su uso es muy discutido: puede ser útil en determinadas ocasiones pero siempre existe el riesgo de gastritis obstructiva.
Si bien se han dado aquí algunas indicaciones acerca de cómo cuidar a un agaporni, y algunas como las que hacen referencia a la Higiene, o a los Tóxicos, son aplicables al cuidado de cualquier ave, lo expuesto no debe ser utilizado como una guía de cuidados para cualquier tipo de pájaro:
Todo propietario debe informarse muy bien sobre las necesidades alimenticias, procedencia, costumbres, grado de protección de la especie, etc. de su animal. Pues aunque pueda parecer que carece de importancia, la tiene, y mucha.
Pongo por ejemplo al periquito, originario de las zonas secas de África: si se le proporcionan las condicionas de humedad que requiere nuestro agaporni, lo más seguro es que con el tiempo termine desarrollando un problema dermatológico más o menos grave.
Así que si tenéis un animal - ave, reptil, mamífero, pez o anfibio - informaros cuanto más mejor, para poder proporcionarle las mejores condiciones de vida y evitar exponerle a riesgos y sufrimientos innecesarios.
Pertenece a la familia de los psitácidos, que incluye a loros, guacamayos, cotorras, papagayos, periquitos, agapornis y formas afines. Están distribuidos por todo el hemisferio sur del planeta, ocupando muchos y distintos hábitats, desde las húmedas selvas tropicales hasta los desiertos del interior de Australia, incluyendo la India, Sudeste de Asia y África occidental. Sin embargo, las poblaciones más grandes son originarias de Australasia, América del Sur y Central. Volver al texto
Para simular la intensidad de los rayos solares de las zonas de climas tropicales se recomienda una bombilla ultravioleta de 5w.
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La humedad en este tipo de clima es de un promedio del 80%. Volver al texto
Lo que come el ave SIEMPRE depende del dueño. Éste deberá asegurarse de que el ave coma a diario las cantidades suficientes para cubrir la tasa metabólica.
Consejos: Cuando pretendamos instaurar una dieta nueva a nuestro pájaro, hacerlo siempre de forma gradual, NO mezclar alimentos nuevos con otros a los que el animal ya está acostumbrado, para que no pueda seleccionar sólo los habituales. Por último, cuando se realiza un cambio de dieta es conveniente llevar un control de peso del animal, para detectar posibles pérdidas del mismo. Volver al texto
Hay que tener en cuenta que los porcentajes indicados siempre son indicativos. Lo que come el ave SIEMPRE depende del dueño. Éste deberá asegurarse de que el ave coma a diario las cantidades suficientes para cubrir la tasa metabólica. Volver al texto
🐤 Nombre científico
El nombre científico o latino del inseparable de Fisher es Agapornis fischeri, y es una de las especies que forma parte de la familia de los Psitácidos (Psittacidae). Fue descubierta por primera vez en el año 1800 y debe su nombre al explorador alemán Gustav Fischer.
🐦 Características del inseparable de Fischer
La inseparable de Fischer es uno de los Agapornis más pequeños, ya que mide entre 14 y 15 centímetros de largo (unas 6 pulgadas). Su peso puede oscilar entre los 44 y 59 gramos. No muestran dimorfismo sexual, por lo que el macho casi no se distingue de la hembra por su plumaje.
Ambos sexos tienen la misma coloración. Las hembras son a menudo algo más grandes que los machos, pero no siempre es éste el caso. Un entusiasta experto puede ver la diferencia entre los huesos de la pelvis, que están más separados en el caso de las hembras de la especie.
Algunos autores sostienen que en la hembra las barbas de las penas interiores son de un negro puro, mientras que en el macho son más grises. Las barbas externas son más anchas y más verdes en el macho.
La parte anterior del cuerpo de las dos aves resplandece de color. Su pecho, su espalda y las alas son de color verde. El cuello es de color amarillo dorado y a medida subimos hacia la cabeza se vuelve naranja oscuro. El pico es de color rojo brillante y la parte alta o superior de la cabeza es de un tono verde oliva.
La parte superior de su cola tiene diversas plumas violeta o azules. Los ojos son de color negro y cuenta con un anillo ocular (círculo de piel desnuda color blanco) alrededor de ellos. Las pájaros jóvenes son muy parecidos a los adultos, salvo que en la base del pico suele mostrar unas pequeñas manchas de color marrón.
¿Cuántas especies de agapornis hay? Los agapornis papilleros
Habrás oído hablar de los agapornis papilleros. Si has buscado información, te habrás dado cuenta de que no es una especie en sí. Este es el nombre común para los agapornis que se separan de los padres cuando son pequeños y se crían a base de papilla.
¿Cuándo se saca del nido a los agapornis papilleros? Lo ideal es a los 20 días de eclosionar (salir del huevo). Si a los 20 días son muy pequeños y delicados – ni siquiera se tienen en pie – imagínate sacarlos del nido antes de ese tiempo. En cambio, si tardas mucho más, podría no adaptarse a tus cuidados. Es importante respetar el “horario” de los agapornis papilleros en pro de su bienestar y salud.
¿Y los agapornis no papilleros? Se llaman agapornis salvajes. Ojo, eso no significa que te vayan a atacar, sino que se han criado ‘solitos’, por así decirlo. Vamos, con sus padres. Cualquier especie de agaporni puede ser salvaje o papillero, dependiendo de cómo lo críes.
Hay 9 especies y 6 sub especies, 15 en total. Voy a centrarme en las especies principales para que veas las mayores diferencias. Ten en cuenta que las más comunes y fáciles de encontrar son la Fischeri, Personatus y Roseicollis – las tres primeras de la lista.
A. Fischeri
Esta especie fue descubierta en 1887 por el Dr. Fischer, en la clasificación se hizo honor a su descubridor. Este agapornis es original de Tanzania (al sur-este de África), lo encontraron cerca del lago Victoria. En la naturaleza no es habitual verlo mezclado con otras especies, aunque todos sean la misma clase de pájaro.
Es de las especies más comunes al ser relativamente fácil de cuidar y hacer que críen. Como características físicas destacables (conoce la anatomía y morfología de un agapornis Fisher) está el color del pico, rojo intenso, y las plumas de la máscara (lo que sería la cara del ave, arrancando desde el pico hacia atrás), son de color rojo anaranjado. El color de las plumas va cambiando paulatinamente hasta hacerse verde, pasando por un precioso amarillo casi oro. Es precioso. Mide unos 15 centímetros, casi parece de juguete pero hay que recordar que es un ser vivo.
A. Personatus
Se descubrió este ave en la misma época y por la misma persona que los A. Fischeri. Los personatus se encuentran en su estado natural apenas a 60 kilómetros de la especie antes mencionada, de hecho son vecinos, sin embargo éstos tampoco se atreven a mezclarse. Ya puedes ver que, aunque con las primeras especies que te menciono son fáciles de hacer bandada, no es recomendable mezclarlas entre sí.
Estos agapornis se caracterizan por tener las plumas de la cabeza negras o de color gris muy muy oscuro, pero el pico sigue siendo rojo. La zona del cuello es amarilla y el resto del cuerpo verde brillante. Los ojos destacan por el anillo blanco que los rodean. En esta especie existen algunas mutaciones en las que varía el color. Una que llama especialmente la atención es el A. Personatus Azul, que cambia el amarillo por blanco (o blanco grisáceo) y el verde por azul. Hasta que no seas un experto en agapornis mejor concéntrate en las especies puras, como entrenamiento.
A. Roseicollis
De todos los agapornis, los roseicollis son los más extendidos como mascota. Más incluso que los Fischeri y los Personatus. Quizás por la viveza de sus colores, o por las condiciones de cría favorables. O quizás por ambas cosas. Cuando vayas a comprar uno, casi seguro que es la especie que te ofrecen, sobre todo si nunca has criado aves de este tipo.
Estos son un pelín más grandes, miden 16 centímetros de largo, y respecto a los colores, son prácticamente verdes salvo las plumas de la cola, que tienen algo de azul. Hay dos variedades principales: una tiene la máscara de color rojo más intenso, y la otra más clara, tirando a rosada. Por el resto, son prácticamente iguales. El anillo blanco alrededor del ojo es más fino que en la mayoría de especies que lo tienen.
Aunque si empezamos a hablar de mutaciones, hay muchas. Casi de todos los colores que te puedas imaginar. Canela, naranja, turquesa, violeta… colores muy llamativos para un pájaro, ¿no crees? Te confieso que me gustaría tener un par de agapornis turquesa.
Con el Canus empiezo a hablarte de las especies menos conocidas. O mejor dicho las especies menos extendidas entre los ‘aficionados’. En los criadoeros de agapornis sí que los puedes encontrar, pero es más difícil cuidarlos en casa.
Esta especie se origina en la isla de Madagascar, de las más pequeñas con tan solo 14 centímetros. Es una de las cuatro variedades de agaporni que hay una clara diferencia entre el macho y la hembra en el color de las plumas. El macho tiene la cabeza, el cuello y el babero, o el pecho, de color gris, mientras que la hembra es prácticamente de color verde. Hay una sub-especie en que los dos ejemplares son más oscuros, y el macho tiene una ligera coloración violeta en las plumas grises.
Si eligieras esta especie, ten en cuenta que son aves muy sensibles al estrés, especialmente el Canus. Además de que será difícil de encontrar, hay que tener mucha paciencia para conseguir que procreen. Ya sabes lo que dicen, paciencia y una caña.
Este es el más grande de los agapornis, con 17 centímetros de largo. Es un ave bastante resistente debido a su origen montañoso (la cadena montañosa Taranta, de Etiopía) a unos 1300 metros de altitud. En esta especie también se diferencian el macho y la hembra por el color de las plumas, si bien son diferencias más sutiles. Como las diferencias son mínimas, si vas a comprar una pareja hazlo cuando ya tengan sus plumas definitivas. Como esta especie empieza a ser fértil a los dos años no hay razón para tener prisa. De lo contrario podrías comprar dos machos o dos hembras… ¡se fastidió el invento!
A. Nigrigenis
El Nigrigenis, por el contrario, es el más pequeño, con 13,5 centímetros de longitud. Los colores de las plumas combinan el color con diferentes tonos de verdes, y una mancha naranja salmón en la parte delantera. También tiene anillos blancos en los ojos, que los hacen más vivos y saltarines.
Esta especie de agaporni se considera en peligro de extinción, y las leyes de varios países regulan su cría y prohíben la captura de este ave en libertad desde 1998, especialmente en Zambia – su país de origen. Holanda y Bélgica han construido una gran reserva de Nigrigenis, y Alemania ha desarrollado programas de cría en cautividad para Nigrigenis y Lilianae, otra especie que amenaza con desaparecer.
A. Lilianae
Esta es la otra especie semi-protegida. Aunque no en estado tan avanzado como el nigrigenis, también se encuentra en programas de protección y cría, como el que te decía de Alemania. Es muy difícil encontrarlos en cautividad, y menos todavía a la venta.
Para mí, estos son los más bonitos. Más que rojos, son anaranjados en el pico, la máscara y la cabeza, siguiendo con un amarillo brillante y el cuerpo de color verde. Lo corona el anillo blanco que rodea el ojo… es sencillamente una maravilla de pájaro. Además son más pequeñitos (sólo 13 cm) y más finos, así que parecen más ágiles y curiosos que el resto de agapornis.
Si consigues encontrarlo, es la especie que te recomiendo. Se adaptan enseguida a la presencia humana, es fácil hacerse sus amigos. La convivencia es agradable y los cuidados que necesita este agaporni son los acostumbrados a cualquier otra variedad.
A. Pullarius
El pullarius es un agaporni muy difícil de criar. Es muy bonito, con muchos matices de colores en los que sigue predominando el verde. Mide 15 cm, y el pico es anaranjado. El macho y la hembra tienen un aspecto diferente que ayuda a distinguirlos.
Las costumbres de esta especie son cuanto menos curiosas, muy diferentes del resto de agapornis. En vez de construir un nido, habitan en termiteros. ¡Con la cara de pocos amigos que tienen las termitas! Suelen atacar a cualquier intruso que se meta con ellas, pero increíblemente se portan de otra manera con nuestros amiguitos alados. La ventaja para la hembra es que puede poner sus huevos en el termitero y ausentarse largos períodos de tiempo, ya que por la constitución y el material de que está hecho su “nido” conserva el calor y mantiene a los polluelos con vida.
Conocida esta relación pullarius-termitas, es fácil comprender la dificultad de hacer que los pullarius críen en cautividad. Es realmente complicado, la mayoría mueren al poco tiempo de nacer en otras condiciones que no son las naturales o a los pocos días de ser importados. Y cuando digo la mayoría me refiero al 95%. Mejor consigue otra especie, le harás un favor al animalito.
A. Swindernianus
Esta especie es imposible de conseguir, ya que jamás se ha importado a Europa. Hay 3 sub-especies: una propia de Liberia, otra del Congo, y la última de Uganda. Es de los más pequeños, de 13 cm, y es muy difícil de extraer ya que vive en lo más profundo de la selva tropical. También es difícil imitar su alimentación natural en un entorno tan diferente como es Europa, así que tendrás que conformarte con un Fischeri o un Roseicolli.
¿Quieres tener uno? Cuidados agapornis y alojamiento
¿A que dan ganas de tener uno? Pues mejor ten dos o más agapornis juntos. Si no, dedícale mucha atención. No es un animal de compañía, es un animal que necesita compañía. ¿Notas la diferencia? Hay que estar dispuesto a cuidarlos cuando los compras.
Si lo tienes desde que es pequeñito, a los 20 días de romper el cascarón, debes tener un período de 30 o 40 días disponible casi al 100% para el pájaro. Las primeras semanas son muy importantes, ya que necesitan que los mantengas calentitos y que les des de comer 5 veces al día. Conforme vayan creciendo los cuidados agapornis se reducen, pero hasta que estén creciditos y coman solos tendrás que estar muy atento.
Si los quieres para mascota con una jaula es suficiente. Pero si quieres que críen hay que alojarlos correctamente. Lo más común es un aviario. Cuanto más grande mejor: hay que evitar que se sientan incómodos. Si les falta espacio podrían atacarse entre sí, y sería una lástima. Tampoco debes juntar varias especies, no suele gustarles y ocasiona problemas. Tal vez, te puede interesar sobre la convivencia entre agapornis papilleros y salvajes.
Un aspecto importante de los cuidados agapornis es la cantidad de nidos. Si tienes 5 parejas, pon al menos 7 nidos, no hay que obligarlos a emparejarse. Ya lo harán ellos solos. Es mejor que sobre alguno para que, en caso de quedar dos ‘solteros’ tengan donde dormir y no se estresen.
El estrés es otro factor esencial. Los agapornis son aves que necesitan mucha tranquilidad y paciencia. Los cambios bruscos o las situaciones estresantes pueden causarles trastornos emocionales y provocarles enfermedades, incluso la muerte. Es importante tener claros los cuidados de los agapornis antes de comprarlos para asegurarse de que van a estar en buenas condiciones. ¿Pero qué ocurre si el pájaro enferma?
Las enfermedades típicas de un agaporni
Por lo general los agapornis son aves bastante delicadas. Hay que tener mucho cuidado para que no enfermen, y vigilar su aspecto. Cuando compres uno nuevo, antes de juntarlo con el resto déjalo unos días en cuarentena para observar su comportamiento. Préstale atención para que no se deprima, y no me confundas un animal enfermo con uno que se siente solo.
Si ves al animal decaído, encorvado o con las plumas erizadas es síntoma de que algo le ocurre. Lo que debes hacer es apartar al pájaro enfermo de la bandada para que no contagie al resto y llamar de inmediato al veterinario. No vale la pena que juegues con la salud del ave y te aventures a darle cualquier cosa. Mejor déjalo en manos de un experto.
Algo habitual en los agapornis es la llamada enfermedad del pico y las plumas, las infecciones intestinales y las urinarias. El problema suele estar en la alimentación, sobre todo si el problema es recurrente.
También debes tener cuidado para no contagiarte tú. Hay hongos, virus y bacterias que pueden pasar de los animales a las personas. No es para que te asustes, pero si uno de los pájaros está enfermo, ten más cuidado de lo acostumbrado.
Si mantienes la jaula limpia, desinfectada y en buen estado y cuidas la salud de las aves podrás disfrutar de tus agapornis unos 12 años, que es la esperanza de vida media.
Citar que a través del siguiente enlace puedes conocer sobre sus posibles enfermedades.
La alimentación de los agapornis
La alimentación agapornis es esencial para mantenerlos en buena salud y tengan energía para jugar, cantar y revolotear. Estos pájaros, cuando se encuentran en libertad, comen todo tipo de semillas, frutas, bayas, insectos y flores.
Así que lo mejor es mantener una dieta variada y equilibrada. En el mercado existen todo tipo de piensos y semillas con una composición adecuada, incluso hay piensos especiales para agapornis.
El agua también es muy importante. A los agapornis les encanta sumergirse en el agua, así que debes tener cuidado de que se mantenga limpia. Una buena costumbre es ponerles un recipiente con agua para que jueguen un rato por la mañana y luego dejarles el bebedero limpio. Se acostumbran fácilmente a los horarios.
Si los vas a criar a mano (con papilla), conforme vayan creciendo debes darles mijo en rama, para que se acostumbren a una alimentación agapornis equilibrada. Les aportará las vitaminas que necesitan.
Cría y reproducción
Lo principal es comprar parejas que no estén emparentadas. Si fueran descendientes o hermanos, la pareja ya no daría buenas crías. Una cantidad moderada para empezar es suficiente, sobre todo para controlar el parentesco de los pájaros que crían.
Un buen método es anillarlos (descubre ¿cómo anillar a un agapornis) y anotar en algún lugar seguro qué agapornis son los padres de qué crías, para volver a emparejarlos correctamente. Normalmente son fieles a su pareja de por vida, pero hay que tener en cuenta las nuevas crías.
Si te interesa criar pájaros de buena calidad (conoce si un huevo está fecundado o no), debes seleccionar muy bien a los futuros padres teniendo en cuenta sus antepasados. Las aves que proceden de aviarios con buenos pájaros suelen ser buenos padres. Cuando compres un agaporni con vistas a la cría, pregunta por “la familia”.
Y al arreglar la jaula o el nido (aprende como hacer un nido), procura que sea confortable. Deja a mano para la hembra ramitas frescas de plantas que encontraría en su hábitat natural para que se arregle el nido a su gusto. Así será más fácil que críen.
El mundo de los agapornis es muy bonito cuando se sabe cuidarlos bien. Son animales que necesitan atención, pero son muy agradecidos. Y además aprenden rápido cuando les enseñas. Si quieres tener una parejita de agapornis te animo a que investigues un poco más y así tenerla en buenas condiciones.
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