Las perras pueden quedar embarazadas cada vez que están en celo, lo que ocurre una vez cada ocho meses. Este periodo de fertilidad dura hasta tres semanas. Además de quedarse embarazada durante este periodo, puede tener altercados con los machos si no se siente lo suficientemente preparada para aparearse. Sacarla a pasear con la correa durante el celo la ayudará a evitar peleas y, si no quieres que un macho se aparee con ella, frenará sus avances amorosos.
Como la gestación puede ser cara, y sentimental tanto para ti como para tu mascota, suele ser mejor dejar la reproducción a los expertos. Si deseas evitar que tu perra se quede embarazada, deberías pensar en esterilizarla. Te ofrecemos más información en nuestra preguntas frecuentes sobre la esterilización de perro
La gestación canina suele durar entre 61 y 65 días, aunque es posible que no adviertas ningún cambio físico obvio en tu perra hasta la recta final de su gestación. No existe algo similar a un test de embarazo canino que puedas hacer en casa, por lo que te preguntarás cómo responder a la pregunta "¿Mi perra está embarazada?"
Hay varias señales que vigilar para saber si hay perritos en camino.
Todo sobre el celo en la perra
El primer celo de las perras suele llegar cuando esta tiene entre 9 y 12 meses de edad y lo repiten dos veces al año. Consta de cuatro etapas: proestro, estro, diestro y anestro.
La primera dura entre nueve y quince días, y se hace notar por la expulsión de un flujo marrón rojizo. La segunda, que también dura unos nueve días, hace que la vulva se vea rojiza e inflamada. La fase del diestro puede alcanzar los 80 días y la perra aparenta estar embarazada. De hecho, es en esta fase del celo cuando podría sufrir de un embarazo psicológico.
Por último, la fase anestro es la más larga y se podría decir que es como la ovulación de las mujeres, solo que en este caso se podría alargar hasta 250 días. Hay algunas razas en las que así sucede y, por ello, solo tienen la menstruación una vez al año.
Cómo saber si mi perra está en celo
Hay muchos factores notables a simple vista que pueden hacernos notar que nuestra perra está en celo. Estos son algunos:
- Cambios de ánimo. Obviamente, el celo en las perras es un proceso hormonal y acunado en el que estas se desbarajustan, puede suceder de todo en el ánimo del animal.
- Pezones inflamados. Cuando la perra está en celo tendrá las mamas hinchadas y es posible que sienta dolor al tacto.
- Interés obsesivo de los machos. Si comienzas a ver muchos perros alrededor de tu perra es mejor que salgas corriendo si no quieres tener cachorros pronto. Esta es una señal inequívoca de que tu perra está en celo.
- Sangrado. A veces puedes ignorar algunos de los signos ya mencionados, pero el sangrado vaginal es el más ev >
Bien, una vez que ya conoces el proceso y sabes cómo identificarlo, ha llegado el momento de responder tu pregunta: ¿se puede bañar a una perra en celo?
Bañar a una perra en celo, ¿sí o no?
Vamos a ser claros, la respuesta es sí. No hay ningún tipo de objeción en que bañes a tu perra en celo siempre y cuando extremes algunas precauciones. El baño será necesario si el flujo ha sido abundante y para hacer sentir mejor al animal, que se resecará gracias a la higiene.
No obstante, debido a que su ánimo se resiente, hay que intentar evitar el estrés. No lo hagas con prisa, ni tampoco la fuerces, usa el refuerzo positivo que siempre funciona. Puedes usar el champú habitual, pero ten especial cuidado al lavar sus partes más íntimas.
Regula la temperatura del agua para que esté tibia, y que esta sea constante. El agua demasiado fría o demasiado caliente podría provocar un shock de calor o frío en su cuerpo y hacerla sentir peor.
Usa una toalla limpia al secarla, ya que su zona íntima estará sensible y podría coger una infección fácilmente. Intenta que el material de esta sea muy suave para que sea agradable al tacto, y que más bien alivie en lugar de que moleste.
Por otra parte, debes recordar también que las perras pierden más cantidad de pelo al estar en celo, por lo que el cepillado antes y después del baño será muy importante.
Sigue estos consejos y no tendrás ningún problema al bañar a una perra en celo. Hay mitos que rodean a muchas situaciones, pero sin duda estar informado siempre es la mejor opción para tomar buenas decisiones.
Texto: José Enrique Zaldívar
En el artículo de este mes me voy a referir a las patologías que afectan a las glándulas mamarias, unas enfermedades que son muy comunes en nuestras perras y que debemos conocer a fondo para reconocer en cuanto se producen los primeros síntomas para poder reaccionar lo antes posible ante ellas.
La mastitis es la infección bacteriana de las glándulas mamarias, y se puede presentar en una o en varias, afectando a las perras postparturientas. Se puede dar también en perras que lactan debido a falsa gestación, aunque con escasa frecuencia. Los signos clínicos son variables en intensidad e incluyen glándulas calientes, firmes, tumefactas y doloridas. La fiebre, anorexia y deshidratación son habituales. Los cachorros de las perras afectadas de mamitis pueden llorar porque sus madres suelen descuidarlos. En los casos graves podrán aparecer abscesos o gangrenas glandulares.
El tratamiento consistirá en el suministro de antibióticos y fluidoterapia cuando sea necesaria. Debe ser agresivo para que la perra pueda asumir su conducta materna en el mínimo tiempo posible. Es importante que la ingestión de líquidos y de sólidos sea la adecuada para asegurar una producción láctea continua. Durante la lactación, las necesidades de alimentos y líquidos se duplican con respecto a la gestación. Las compresas calientes aplicadas en las glándulas afectadas varias veces al día pueden reducir la tumefacción y el dolor. Los veterinarios, cuando elegimos el antibiótico, deberemos tener en cuenta sus efectos sobre el neonato lactante.
Lo normal es que en siete días el proceso esté controlado, salvo en el caso en que haya abscesos o gangrena, que deberán de ser tratados mediante cirugía. La lactación podrá continuar en tanto que la perra lo desee y sea capaz de suministrar la nutrición adecuada. Es importante la vigilancia de los cachorros por si presentaran signos de enfermedad, y se debe controlar su aumento de peso, que debería ser del 10 por 100 del peso al nacimiento por día. Si es necesario, se debe proceder a la alimentación suplementaria o crianza artificial.
GALACTOSTASIS
Se trata de la acumulación y retención de leche dentro de la glándula mamaria, otra causa de la presencia de glándulas mamarias calientes, firmes, tumefactas y dolorosas. A diferencia de las mastitis, en la galactostasis las secreciones mamarias no están infectadas y la madre no se muestra enferma. La leche simplemente se elabora a una mayor velocidad de la que se puede almacenar en las glándulas con comodidad.
GALACTORREA
Ésta afección se presenta como una lactación que no se asocia con la gestación y el parto. Es la manifestación clínica más corriente de la falsa gestación canina. Se presenta en la fase del ciclo sexual que se conoce como diestro avanzado. Suele ser autolimitante y no necesita tratamiento.
NEOPLASIAS O TUMORES MAMARIOS
Representan casi la mitad de todos los tumores en las perras. Son más frecuentes en perras mayores con una edad promedio de diez años. Muchas de las afectadas son hembras enteras o pacientes que fueron castradas (ovariohisterectomizadas) en el curso avanzado de la vida. Los tumores mamarios son raros en los machos y en animales jóvenes de ambos sexos. Dos estudios recientes sobre grandes poblaciones de perros han reportado información sobre la incidencia.
Los tumores de mama, por lo usual, son masas discretas, firmes y nodulares. Se pueden localizar en cualquier punto a lo largo de la cadena mamaria. Su tamaño es muy variable, con un diámetro que varía de pocos milímetros a muchos centímetros. En más de la mitad de los casos están afectadas mútiples glándulas. Pueden adherirse a la piel superpuesta pero por lo regular no están fijados a la pared corporal subyacente. Los malignos, más que los benignos, tienden a fijarse a la pared corporal y estar cubiertos con piel ulcerada. En muchas ocasiones, si presionamos los pezones de las glándulas afectadas, veremos salir secreciones anormales. Los ganglios linfáticos regionales (axilares o inguinales) pueden estar agrandados si hubo metástasis. El resto del examen físico a menudo carece de particularidades de interés. En los cuadros de cáncer avanzado puede haber evidencia de caquexia tumoral.
El diagnóstico del cáncer de mama es más probable en una hembra geronte con cualquier clase de nódulo en la glándula mamaria. La biopsia escisional es el método de elección para confirmar el diagnóstico. El examen citológico de muestras obtenidas mediante aspiración con aguja fina a menudo da resultados ambiguos. Antes de realizar cualquier biopsia escisional, se deben realizar radiografías de tórax para descartar metástasis a nivel pulmonar. Si ésta se descubre, se justifica el pronóstico grave, incluso en ausencia de una confirmación histopatológica de la neoplasia mamaria. Tomada la decisión de llegar al diagnóstico y hacer el tratamiento, se debe valorar la salud global del paciente y la carga tumoral. Los tumores mamarios malignos con frecuencia hacen metástasis en los ganglios regionales y pulmonares. Con menor frecuencia se producen metástasis en hígado. También se pueden producir en sitios distantes, pero esto rara vez sucede en ausencia de afectación linfoglandular local o pulmonar. La radiología y la palpación cuidadosa son sumamente útiles en estos casos. La salud global del paciente deberá ser evaluada mediante un hemograma completo, perfil bioquímico y análisis de orina.
Mamas hinchadas en perras durante el celo
Las hembras no esterilizadas desarrollan una leve inflamación en las mamas y en la vulva durante su periodo de celo. Sus mamas pueden mostrarse más hinchadas de lo normal algunos días antes y durante el celo. La hinchazón, por lo general, no debe ser acompañada por cualquier tipo de secreción.
Es importante controlar y registrar los periodos de celo de tu perra durante toda su vida fértil. De esta manera, será más fácil diferenciar el sangrado natural del celo y la hinchazón de las mamas de un posible cuadro de hematuria (presencia de sangre en la orina) acompañada de inflamación mamaria.
¿Puede afectar el embarazo psicológico a tu perra?
No se conoce con exactitud por qué unas hembras están más predispuestas que otras a sufrir esa repentina disminución de progesterona, pero en cualquier caso no se trata de una enfermedad como tal, sino una consecuencia de la respuesta endocrina normal. Es más, podríamos afirmar que es signo de que sus ovarios son perfectamente funcionales y ello no predispone obligatoriamente a padecer enfermedades del aparato reproductor con posterioridad.
Este problema puede afectar a perras de cualquier raza y edad. No tiene por qué observarse en todos los celos y la intensidad de los signos clínicos puede variar en cada ocasión, aunque por lo general desaparecen por sí solos con el paso de unos días. No obstante, en los casos en los que la producción excesiva de leche pueda causarlas problemas físicos (mastitis fundamentalmente) o de conducta (agresividad o apatía excesiva) conviene llevar a tu perra al veterinario para que le ponga un tratamiento específico.
Embarazo y lactancia
Si tu perra ha tenido contacto sexual con un macho durante su último periodo fértil, es posible que sus mamas hinchadas sean un síntoma de embarazo. Las hembras de los mamíferos experimentan grandes cambios hormonales durante la gestación, que las preparan para el parto y el periodo de lactancia. A medida que el embarazo avanza, las mamas de las perras se inflaman y agrandan para permitir la producción de leche, y su barriga aumenta para soportar el crecimiento de sus cachorros.
Un perra embarazada debe recibir acompañamiento médico durante todo su embarazo. También es importante ofrecerle una alimentación especial, con un mayor aporte calórico y proteínas de alta calidad, así como todos los cuidados adecuados para preservar su salud y la de sus cachorros.
Cuando llegue el momento de dar la luz, tu peluda ya estará física y mentalmente preparada para alimentar a sus cachorros. Durante el periodo delactancia, las mamas y los pezones de tu perra se mostraron inflamados y agrandados, pero este cuadro mejora a medida que se aproxima el momento del destete. Muchas hembras jamás recuperan el tamaño original de sus mamas después de ser mamá. Por lo general, las mamas se muestran más grandes y más caídas que en las hembras que jamás pasaron por un embarazo.
Embarazo psicológico
El pseudoembarazo (o embarazo psicológico) es muy frecuente entre las perras fértiles. Por lo general, el cuadro aparece cuando una hembra tuvo contacto sexual con un macho, pero la fecundación no fue concluida. No obstante, también puede desarrollarsesin apareamiento previo.
Los síntomas de un embarazo psicológico son prácticamente idénticos al de un embarazo real: las perras muestran las mamas hinchadas, su panza y sus pezones aumentan de tamaño, y su apetito crece. También suele producir y eliminar por sus mamas un suero, que es más claro y menos espeso que la leche materna. Por ello, no es de extrañar observar a la perra con las mamas hinchadas después del celo, así como ver que una perra tiene leche y no está embarazada. Para evitar que esto suceda, la mejor opción es la esterilización, ya que el suceso prologando de embarazos psicológicos puede conllevar a la aparición de problemas graves de salud. Hacer criar a la perra no evitará que vuelva a experimentar este tipo de embarazo en un futuro.
Mamas inflamadas por alergias
Las alergias son reacciones inmunitarias anómalas o exageradas que el organismo desarrolla tras el contacto con algunas sustancias, alimentos, hormonas, productos o agentes patógenos. Esta reacción inicia un proceso inflamatorio que puede manifestarse de forma tópica o expandirse para otras regiones del cuerpo, siendo capaz de afectar también al sistema respiratorio.
Si has utilizado un nuevo producto en la higiene de tu peluda, es posible que sus mamas se hayan hinchado por una reacción alérgica. También las picaduras de pulgas, algunos medicamentos y sustancias naturales, como el polen o el moho, pueden provocar un proceso alérgico más intenso en las zonas sensibles como mamas, ojos y orejas. Si ello es cierto, tu perra podrá sentir mucha picazón, intentar rascar o lamer su panza con mucha intensidad. En ambos casos, es importante suspender la utilización de cualquier producto y llevar a tu perra al veterinario para realizar algunas pruebas de alergias.
Traumatismos o acc >
Si tu perra ha sufrido algún accidente o se ha golpeado recientemente, es posible que sus mamas se hinchen como consecuencia del traumatismo. Se trata de un proceso natural que permite la recuperación de la zona lesionada. En este caso, lo más probable es que solo algunas mamas de la perra se muestren inflamadas, pues un golpe suele generar una reacción tópica. También es posible que identifiques algún hematoma o lesión cerca de la región hinchada.
Nuevamente, recordamos que es fundamental llevar a tu perra al veterinario para verificar su estado de salud tras un golpe o un accidente.
Mamas inflamadas en perras por mastitis
La mastitis es un proceso infeccioso que afecta las mamas de perras y gatas de forma muy similar, generando una visible inflamación de sus tetillas. Además de la hinchazón en las mamas, las hembras afectadas suelen presentar gran sensibilidad y dolor al tacto en las mamas, con presencia de secreción purulenta.
Por lo general, la mastitis aparece al final del período de lactancia o tras un pseudoembarazo que no fue debidamente tratado. El cuadro avanza rápidamente y afecta gravemente la salud de la perra, por lo cual requiere atención médica inmediata. Además, es fundamental prevenir la mastitis ofreciendo los debidos cuidados durante la gestación o frente a un diagnóstico de embarazo psicológico.
Neoplasias y quistes mamarios
Si al tocar las mamas de tu perra puedes palpar un bulto o masas extrañas, debes concurrir inmediatamente a la clínica veterinaria con tu peluda. Por lo general, una palpación anómala en las mamas de una perra revela quistes o tumores mamarios, que pueden ser un síntoma de cáncer. En ambos casos, la atención médica inmediata es fundamental para realizar los estudios adecuados y diagnosticar tempranamente la presencia de tumores malignos. Recuerda que un diagnóstico temprano del cáncer de mama suele mejorar el pronóstico de la enfermedad.
Otros síntomas de la inflamación mamaria en perras
Por lo general, el signo más visible de la inflamación mamaria en perras es realmente el aumento de tamaño de las mamas. No obstante, es importante que los tutores conozcan y sepan reconocer los demás síntomas que pueden acompañar este cuadro inflamatorio. A continuación, los resumimos para facilitar tu conocimiento:
- Agrandamiento de los pezones.
- Enrojecimiento de los pezones o de toda la mama.
- Eliminación de suero, leche materna (o pseudoleche en caso de embarazo psicológico) o pus.
- Sensibilidad o dolor en las mamas o en la región abdominal (la perra suele mostrar incomodidad y expresión de dolor al ser tocada).
- Bultos o masas anómalas palpables en las mamas.
Por todo ello, si observas que tu perra tiene una tetilla inflamada y roja, un pezón inflamado o varias mamas hinchadas, acude al especialista inmediatamente.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Por qué mi perra tiene las mamas hinchadas?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Enfermedades infecciosas.