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Cómo educar a un dóberman?

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El adiestramiento de perros guardianes dobermans debería comenzar, seriamente, cuando el perro tiene cerca de siete semanas de edad. Es entonces cuando se ha destetado y está listo para comenzar a entender su lugar en la jerarquía de la manada. Los perros comienzan a entrenar a sus cachorros en la naturaleza, tan pronto como los cachorros abren los ojos, es la forma en que les enseñan acerca de cómo responder a la llamada del alfa y actuar de una manera beneficiosa para la manada. Sin embargo, es necesario recordar que el entrenamiento para perro guardián de un doberman se va a hacer desde el punto de vista del beneficio humano y no desde el punto de vista de una jauría de perros salvajes.

Es por eso que las sesiones de entrenamiento para perro protector básicos de un cachorro doberman tiene que comenzar con lo que se reconoce como, alfa de la manada.

Un cachorro doberman lamiendote en tu boca significa que se ha entendido que va a jugar un papel de sumisión, el de cachorro en la manada. También entiende que es tu trabajo decirle qué hacer. Sin embargo, si no tomas el primer paso aquí, en el entrenamiento de un perro protector, el cachorro doberman va a tratar de hacerse cargo de la función alfa.

Escuchar a los comandos y obedecerlos.

En primer lugar, deberás enseñarle a tu cachorro a obedecer órdenes y seguirlas, cada vez y cada vez sin falta.

Tienes que enseñarle a tu perro algunos hábitos, patrones de comportamiento, y comandos que va a seguir a lo largo de su vida.

Tienes que mostrarle a tu perro que tienes autoridad.

También tienes que enseñarle cómo socializar con los humanos llevándolo a lugares donde pueda interactuar con seres humanos y tus hijos mayores de edad.

Tus hijos van a ser parte de las sesiones de entrenamiento para perro de guardia de tu doberman. Esto le enseñará a tu perro a considerarlos como cachorros enla manada también.

Comandos consistentes, como sentarse, quedarse quieto, tranquila, sueltalo, no son los comandos básicos que un cachorro debe aprender desde el comienzo mismo de su programa de formación de perro guardián.

Un cachorro necesita aprender que saltar para saludar a alguien, en una demostración de afecto, no es un comportamiento aceptable. Por otro lado, tiene que entender que saltar sobre alguien para dominarlo, si le considera peligroso y su amo no le ha dado la orden de hacerlo, es aceptable y va a ser apreciado por el maestro. Esta diferencia sólo puede ser enseñada con paciencia, por un entrenador experimentado, manejador o dueño.

Ayuda de una correa. Imagine que eres un doberman madre. En la naturaleza, tendrás que gruñir y pellizcar la piel del cachorro para mostrar que un patrón de comportamiento en particular no es aceptable en la manada. La misma actividad se realiza con la ayuda de la correa por el controlador. Puedes guiar suavemente a tu dcon la ayuda de esta correa, especialmente cuando estás caminando con él. Así va a entender que una presión firme, en una dirección, significa que quieres que obedezca una acción particular.

No castigue al cachorro al perder la paciencia con él. Imagínese que estás aprendiendo un nuevo lenguaje por primera vez y tu maestro te dice algo que no entiendes. En vez de repetir el comando, y explicarle lo que quiere que hagas, empieza a gritarte, azotarte y asustarte con gestos amenazantes.
Tu, como ser humano adulto, sin duda no vas a respetar ni amar a ese maestro, entonces, ¿qué se puede esperar de un pequeño cachorro que queda aterrorizado cuando la voz de la autor >

El carácter del dóberman

Antes de adentrarnos en la aventura que supone aprender a educar a un dóberman, resulta imperativo conocer su carácter y personalidad, ya que cada perro es un mundo y debemos adaptarnos por completo a él. En general, esta raza canina se caracteriza por ser amistoso, pacífico, cariñoso, familiar y sensible. Todos estos rasgos nos indican que debemos actuar con cautela durante su adiestramiento, empleando siempre palabras cariñosas, efusivas felicitaciones y evitar en todo momento los gritos, castigos o la violencia física.

Por otro lado, el dóberman ocupa el puesto número cinco en la lista de los perros más inteligentes de Stanley Coren, de manera que tenemos ante nosotros a un perro que no presenta dificultades a la hora de interiorizar las órdenes. Eso sí, el hecho de ser tan inteligente también nos indica que su educación debe ser un proceso constante, ya que una falta de estimulación mental puede provocar en el dóberman problemas de comportamiento derivados del aburrimiento.

La importancia de la socialización

Además de conocer a nuestro perro para establecer un plan de trabajo adecuado, debemos socializarlo adecuadamente para evitar altercados con otros animales o personas en un futuro. Si acabamos de adoptar a un dóberman cachorro, la tarea es mucho más sencilla, y es que debemos empezar con este proceso de inmediato. Pero, ¿qué es la socialización? Muy sencillo, un proceso que permite al animal aprender a relacionarse correctamente con todos los factores de su entorno: personas, animales, objetos, paisajes y ruidos.

Para empezar con la socialización del cachorro, escogeremos otros cachorros o animales adultos bien socializados, ya que juntar al pequeño con un perro inestable, por ejemplo, puede provocar que el adulto intente morderle y el cachorro relacione la socialización con una experiencia negativa. Así mismo, realizaremos paseos por varios lugares, y permitiremos que interactúe con otras personas.

Si el dóberman que hemos adoptado ya es adulto y no ha sido socializado, la tarea es más complicada. Aquí sí que resulta imprescindible buscar canes estables y pacientes, ya que puede que nuestro perro les ladre e, incluso, intente atacarles. Durante el encuentro, intentaremos buscar una distancia de seguridad, es decir, una distancia entre el dóberman y el otro can en la que nuestro perro no se muestre inquieto ni excitado. En este punto, procederemos a premiarlo mientras observa al otro can y felicitarlo, para que comprenda que la actitud calmada y tranquila es la adecuada. Poco a poco acortaremos la distancia de seguridad, pero jamás forzaremos al animal a relacionarse.

Enseñando a nuestro pequeño dóberman a acudir a la llamada

Este es quizá el ejercicio más sencillo de todos, ya que jugaremos con lo que más le gusta a los perros, la comida. El ejercicio en sí es realmente sencillo, simplemente supondrá que llevemos siempre con nosotros una pequeña cajita con las galletitas para nuestro perro.

Ejecutaremos la orden de "Toby, aquí" o “Toby, ven” mientras sujetamos una galleta en la mano, cerciorándonos de que nuestro cachorro la ve. Cuando el cachorro acuda a nosotros para comérsela, se la daremos y le felicitaremos con entusiasmo.

Repitiendo este ejercicio varias veces a diario conseguiremos que nuestro perro acuda siempre a la llamada. Con el paso del tiempo y cuando ya sepa actuar correctamente ante la orden, iremos reduciendo el número de premios (galletas), dándole solamente en ocasiones pero fecilitándolo siempre que obedezca.

Otras órdenes

Estas son las ordenes básicas que todo cachorro debe aprender, una vez haya cumplido más de seis meses de edad y sepa realizar todas las ordenes correctamente, podemos enseñarle a permaneces quieto en el sitio que le hemos indicado que se siente o tumbe con la misma técnica, el refuerzo positivo.

Por otro lado, debemos seguir practicando la socialización, juntando a nuestro cachorro con otros perros para que juegue e interactúe. Un parque para perros puede ser un lugar fantástico para socializar a nuestro cachorro a diario. Recuerda que también debe socializar con otros humanos, dejándose tocar y acariciar de forma natural.

Conforme el pequeño vaya creciendo e interiorizando las órdenes básicas de educación que, además de estimularlo mentalmente logrará mejorar la convivencia, podremos empezar a incorporar nuevas órdenes más avanzadas. Así mismo, no olvides acostumbrar al cachorro al collar y la correa para que los paseos sean cada vez más cómodos.

Consejos para adiestrar a un dóberman adulto

Los perros de raza dóberman son a rasgos generales cariñosos y buenos, pero muy protectores con su familia. Imagina por un momento que se da una situación de tensión en la que tu dóberman comienza a ladrar a un extraño y no te hace caso. Si no obedece tus órdenes puede incluso llegar a atacar al extraño, ocasionando una situación de gran peligro. Los dóberman son perros muy atléticos y fuertes, si no están bien educados pueden causar estragos.

Para evitar estas posibles situaciones es fundamental que nuestro dóberman esté bien educado desde cachorro, que cumpla nuestras órdenes sin dudar. Sin embargo, por desconocimiento muchas son las personas que no llevan a cabo un buen proceso de socialización, por ejemplo, o que adoptan al pequeño antes de los dos meses de edad, algo totalmente contraproducente porque es con su madre y hermanos con quienes empieza a aprender el comportamiento típico de la especie. Por otro lado, cada vez son más los que se decantan por adoptar a un dóberman adulto y darle una segunda oportunidad. En cualquier caso, resulta importante resaltar que nunca es tarde para educar a un perro, solo debemos conocer las técnicas y pasos adecuados. De esta forma, para lograr buenos resultados, debemos realizar los mismos pasos que se realizan con los cachorros, pero en un lugar donde nuestro perro adulto no pueda escapar ni ocasionar daños a terceros, especialmente si se trata de un can adoptado con miedo o, como decíamos, con ciertas conductas agresivas.

Así pues, antes de iniciar el proceso de adiestramiento del dóberman adulto, debemos hacer un análisis de la situación. Es decir, revisar si el can está correctamente socializado, observar su comportamiento y conocer bien su carácter. Si, como mencionábamos, se muestra agresivo por una falta de socialización, sin lugar a dudas lo primero que tendremos que hacer es solucionar este problema. Para ello, resulta fundamental saber por qué el animal actúa de esa forma. Una vez encontrada la causa, será mucho más fácil trabajarla, con paciencia, constancia y, siempre, haciendo uso del refuerzo positivo.

Una vez que el perro esté correctamente socializado, podremos pasar a practicar las órdenes básicas siguiendo los pasos ya descritos pero, recordemos, en recintos cerrados para, más adelante, practicarlas en otros entornos.

Por otro lado, recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos a la hora de educar a un dóberman adulto:

  • Enseñar al perro a sentarse antes de ponerle el plato de comida. Una vez dejemos el plato de comida en el suelo, no le dejaremos comer hasta que nos mire a los ojos. Cuando nos mire a los ojos, le daremos permiso verbalmente (ejemplo: "Toby, adelante"). Si no llevamos a cabo este paso y dejamos que el animal permanezca excitado mientras le damos de comer, estamos reforzando ese comportamiento, el cual puede agravarse en un futuro y potenciar un posible cuadro de estrés o ansiedad si ve que no le damos su comida.
  • Fijar las normas para que todos los miembros de la familia las lleven a cabo. Así, decidiremos si el animal puede o no subir al sofá, tiene acceso a todos los espacios, puede dormir en nuestra cama, etc.
  • Al ser un perro de tamaño grande, si tiende a saltar sobre la gente y no queremos que esto ocurra, se deberá trabajar con él para evitarlo. Para ello, eludiremos cualquier gesto o palabra que pueda excitar todavía más al animal, lo premiaremos cuando se encuentre en reposo o tranquilo, y lo pararemos con un simple “No”, puesto que los empujones, gritos y castigos no nos ayudarán a solucionar el problema.
  • Si el dóberman sufre ansiedad por la comida, controlaremos la cantidad y optaremos por comederos antivoracidad. Si no funcionan, indagaremos en la causa y la trataremos.
  • En perros adoptados con miedo a las personas, se deberá trabajar primero la seguridad y confianza. Para ello, evitaremos cualquier estímulo que le produzca temor, dejaremos que nos huela primero y, si nos lo permite, procederemos a acariciarlo con cariño, realizando, incluso, masajes relajantes para que entienda que no somos una amenaza.
  • Acostumbrar al animal a dejarse cepillar, cortar las uñas y bañar sin problemas, poco a poco y con mucha paciencia.

Siguiendo estos consejos lograremos que nuestro perro se adapte a su nuevo hogar si acabamos de adoptarlo, o aprenderemos a guiarlo mejor, teniendo presente que nunca debemos usar la agresividad, sino el refuerzo positivo.

Si nuestro perro dóberman es muy mayor y no responde a las indicaciones, siempre podemos consultar con un adiestrador profesional, quien nos dará las pautas a seguir en función de su comportamiento.

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