La interrupción de la gestación en una perra es una decisión responsable en caso de camadas no deseadas, ya que ayuda a frenar el abandono
- Autor: Por EVA SAN MARTÍN
- Última actualización: 3 de marzo de 2016
La decisión de criar una camada de cachorros debe ser muy meditada: un total de 109.074 perros fueron abandonados, solo en 2010. En caso de que se produzca un embarazo no deseado de la perra, existen varias formas de acabar con la gestación. La esterilización con cirugía es una de ellas, pero también ciertos medicamentos. Conocer sus riesgos y ventajas ayuda a elegir la mejor opción.
La decisión de interrumpir el embarazo en camadas de perros no deseadas es una opción responsable. Un total de 109.074 perros abandonados fueron recogidos por protectoras de animales y perreras (en el caso de las perreras, los perros suelen ser sacrificados a las pocas semanas) solodurante 2010. Son datos del estudio de la Fundación Affinity sobre abandono de animales de compañía. Con estos datos sobre la mesa, prevenir el embarazo de una perra es una decisión seria. Y en caso de llegar tarde, lo es también terminar a tiempo con el embarazo de la perra en casos de gestaciones no planeadas.
Existe una falsa creencia cuando se trata del embarazo de las hembras de perro: la idea de que ésta necesita parir al menos una vez en la vida. La Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía desmonta este mito: "Ninguna hembra necesita tener descendencia para su desarrollo normal" afirma la agrupación científica.
Cuando la hembra entra en celo, libera con su orina unos estimulantes químicos llamados feromonas. Un macho puede oler esta sustancia a kilómetros de distancia. Si el juego de la seducción canina tiene éxito, la pareja podrá entonces consumar el apareamiento.
Interrumpir el embarazo en camadas de perros no deseadas es una opción responsable. Un total de 109.074 perros fueron abandonados en 2010
Si los espermatozoides del macho logran alcanzar los óvulos de la hembra de perro, se produce la fecundación. Comienza el embarazo de la perra: un proceso que acabará entre 63 y 67 días después con el parto de los cachorros.
Si el embarazo de la perra no estaba planeado por los dueños de los perros, interrumpir el embarazo en este momento, parece la opción razonable. Si la camada no cuenta además con adoptantes confirmados, parar el desarrollo de los embriones en este punto evitará incrementar el triste número de abandonos de perros en nuestro país.
Castrar para frenar el embarazo
Esterilizar a la perra no es solo un modo eficaz para prevenir embarazos cuando se toma la decisión de no criar camadas de cachorros en casa. Si la perra se escapa, y logra aparearse con un perro, es un modo además de frenar el desarrollo embrionario.
La esterilización quirúrgica de la hembra es uno de los métodos más seguros para interrumpir un embarazo incipiente
La castración del perro es una intervención quirúrgica sencilla que consiste en la extracción de los órganos reproductores. Al extirpar el útero de la hembra de perro, los embriones adheridos a sus paredes también son eliminados. La esterilización en hembras se recomienda a partir del año de edad, cuando la perra ya ha tenido su primer celo.
La esterilización quirúrgica de la hembra es uno de los métodos más seguros para interrumpir un embarazo incipiente. Pero a medida que la gestación avanza, el crecimiento embrionario continúa, y el riesgo para la perra a la hora de enfrentarse a una cirugía de esterilización aumenta. En caso de los machos, el año de edad también marca la entrada en la madurez. Es entonces cuando puede esterilizarse al animal y prevenir el nacimiento de camadas no deseadas.
En cualquier caso, se trata de una intervención que debe ser llevada a cabo por su veterinario de confianza. Un perro castrado pierde el interés por las escapadas en busca de pareja. Y la agresividad que poseen algunos animales también suele frenarse con la esterilización. En el caso de las hembras, reduce la probabilidad de desarrollar tumores y los molestos embarazos psicológicos.
La castración quirúrgica de un animal es un proceso irreversible. Por lo que no es adecuado en caso de no haber descartado criar una camada de nuestra mascota en el futuro. En estos casos se debe recurrir a los tratamientos químicos.
Aborto con fármacos
Existe un gran número de fármacos para interrumpir los embarazos no deseados de la perra. Estos medicamentos contienen inhibidores de la hormona progesterona, que es esencial para la gestación. Cuando se bloquea la actividad de la progesterona, se frena con ella el embarazo.
La medicación abortiva no está exenta de efectos secundarios, y puede causar vómitos y diarreas en la perra. En ocasiones el animal sufre mareos, nauseas y temblores. La agresividad de esta medicación hace necesaria la consulta con el veterinario, quien debe seguir el tratamiento de interrupción del embarazo en todo momento.
La interrupción del embarazo de la perra en caso de camadas no deseadas es una opción responsable para frenar el abandono de animales.
Ninguna hembra necesita tener descendencia. Es una falsa creencia.
Esterilizar a la perra es el método más efectivo para interrumpir el embarazo.
La castración quirúrgica de un animal es un proceso irreversible.
Los fármacos para frenar la gestación pueden causar efectos secundarios en la perra: vómitos, nauseas y, a veces, convulsiones.
La interrupción del embarazo debe estar en todo momento vigilada por su veterinario.
De la primera a la tercera semana
Día 1. El que llegue antes, gana. La carrera que disputan los millones de espermatozoides liberados por el macho para alcanzar el óvulo de la perra es feroz.
El hocico del feto se desarrolla tarde, a pesar de ser un órgano fundamental
Desde el momento en el que el esperma fertiliza el óvulo es cuando empieza la fecundación. A partir de ese instante, comienzan a producirse la miríada de divisiones de la célula recién fecundada que formarán el cuerpo del futuro cachorro.
Se inicia entonces el viaje hacia el útero, donde el embrión se sujetará a las paredes (esto ocurrirá en torno al día 19) para proseguir su delicado desarrollo. El número de futuros cachorros varía: de los ocho que, como media, aloja la perra Golden Retriever, a los dos de la pequeña Chihuahua. Es en estos primeros veinte días de gestación cuando se suele realizar una primera ecografía de diagnóstico de la misma, en torno al día 22 podrá diferenciarse ya la cabeza y el tronco del embrión.
De la cuarta a la sexta semana
Las células de los embriones,de entre dos y tres centímetros de tamaño alrededor del día 28, están, en este periodo de la gestación, centradas en formar lo que serán los órganos del cuerpo del cachorro, además de los músculos y huesos. Los ojos y la médula espinal del embrión también emprenden su desarrollo en estas semanas del embarazo de la perra. Es normal, entonces, que el veterinario realice algunas palpaciones abdominales de comprobación, se produce, además, la diferenciación entre machos y hembras.
Durante la segunda mitad de la gestación el crecimiento se acelera y comienza el verdadero desarrollo corporal fetal. Para el día 30 los incipientes órganos principales ya estarán presentes en el futuro cachorro. Incluso el corazón ha empezado a producir sus primeros latidos, y las extremidades comienzan a crecer. Este es, asimismo, el momento más delicado de la gestación. El cuerpo de la perra podría decidir desechar los fetos tras semanas de desarrollo.
Si en este momento, o en cualquier otro durante la gestación, observase un sangrado vaginal anormal, acuda con urgencia a su veterinario ya que, si se tratase de un aborto espontáneo, su perra necesitará cuidados especiales y ser monitoreada para evitar efectos secundarios adversos en el animal.
De la séptima a novena semana
El crecimiento continúa su curso. Los cachorros ganan peso y toman los nutrientes que precisan a través de la placenta de su madre. En torno al día 55 entramos en las etapas finales de su desarrollo. Los fetos ya tienen un aspecto similar al que tendrán fuera del vientre materno. El hocico, responsable del extraordinario sentido del olfato del perro, se desarrolla tarde: en el último tercio de la gestación .
Aparece entonces el pelo, que debe las variadas combinaciones de color de los pelajes a la mezcla de dos únicos pigmentos: negro y amarillo. Los cachorros ya tienen patas y bigotes y, en esta fase, también se desarrolla su temperamento: las hormonas presentes en este proceso marcarán en gran medida su personalidad.
A medida que se acerca el momento del nacimiento, las patadas y movimientos espasmódicos de los pequeños son perceptibles a simple vista a través del abdomen de la madre. Los cachorros listos y preparados para nacer.
El gran momento del parto llegará a partir del día 63. Los cachorros ya están casi formados por completo. Sus ojos siguen sellados para evitar la irritación de la orina que expulsan en la bolsa amniótica. Tardarán una o dos semanas en abrirlos del todo, pero, para entonces, ya estarán fuera del vientre materno.
Llega el parto
El momento mismo del parto no debe, en ningún caso, obviarse. La perra debe contar con un ambiente tranquilo y sin extraños, personas y animales ajenos a la casa, que puedan alterar el parto normal del animal. Influirá en la buena marcha del mismo, sin duda, que se haya observado una adecuada alimentación durante el embarazo del can.
Un asunto para nada baladí y que puede eliminar muchos de los problemas de un buen parto y el posparto es la preparación de la paridera. Consiste en la fabricación de una caja cuadrada o rectangular, de un tamaño lo suficientemente grande como para que la perra pueda estirarse en él con comodidad y sobre espacio para toda la camada, hemos de evitar a toda costa que la perra pueda aplastar a los cachorros al tumbarse.
Los laterales de esta paridera han de tener una altura que impida que los cachorros puedan saltar fuera, pero que no evite, asimismo, que la perra pueda entrar y salir sin dificultad.
El ambiente y el lugar del parto han de ser los más adecuados
Las dimensiones de este espacio dependerán, por lo tanto, de la raza de la perra. Es aconsejable que el fondo esté acolchado con toallas para que la perra y los cachorros estén más cómodos y evitar el frío directo del suelo, pueden ser cambiadas cuando se ensucien sin dificultad.
Además de todos estos cuidados, comienza el momento de la lactancia, que requerirá ciertos cuidados especiales tanto de los cachorros neonatos, como de la nueva mamá.
Recuerde que el embarazo de su perra ha de contar siempre con el seguimiento de un veterinario.
La alimentación y los cuidados de la futura mamá han de ser los adecuados a su estado.
Si observa sangrado anormal en cualquier momento de la gestación, acuda al veterinario: podría tratarse de un aborto espontáneo.
Cuide el ambiente y es espacio para el parto de la perra: prepare una paridera.
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Si una perra ha experimentado un aborto, el síntoma más común es el sangrado vaginal anormal y extendido. Un feto expelido se puede encontrar si esto ocurre en el último trimestre. La causa más común conocida para un aborto espontáneo es la muerte fetal debida a desbalance hormonal.
Algunos tipos de causas más comunes de aborto espontáneo en perras son:
* B. Canis – Esta bacteria está extremadamente difundida entre los perros puestos en perrera, ya que esta puede ser transmitida fácilmente. Esta enfermedad causa tanto partos muertos como fallas de concepción. Esta se caracteriza usualmente por una descarga vaginal prolongada y puede ocasionalmente estar acompañada por complicaciones tales como artritis (espondilitis) e inflamación de los ojos (uvetis). También, es común en perras tener la bacteria en la corriente sanguínea (bacteremia) hasta por 18 meses después del aborto espontáneo.
* Aborto Micótico – Este hongo más comúnmente causa excesivo sangrado en el útero y puede conducir a un feto abortado.
* Muerte Fetal – Si la perra tiene un desbalance hormonal esto puede conducir a la muerte del feto, ya sea causando un nacimiento muerto o un aborto espontáneo.
* Neospora Caninum – Este es un parásito que generalmente se encuentra en los perros. Este se puede transmitir si la perra ingiere agua, alimentos contaminados, heces o carne de animales infectados.
Diagnóstico y Pruebas
Se pueden usar exámenes estándar de sangre para detectar la presencia de parásitos o B. Canis. Si la pérdida de la preñez es debida a otra razón, se notará una cantidad anormal de descarga. Un veterinario puede usar ultrasonido para detectar una preñez viable, o para buscar cualesquiera restos en el útero de la perra después del malparto o terminación de la preñez. Esto porque el útero de la perra será incapaz usualmente de expeler efectivamente todo el material de la preñez por sí mismo (esto es, tejido de la placenta), conduciendo a infección o hemorragia interna.
Tratamiento y Cuidado
Para perras que han experimentado un aborto espontáneo debido a una bacteria o un parásito, un veterinario diagnosticará la condición y ofrecerá una variedad de opciones para tratamiento médico. Adicionalmente, la perra debe ser monitoreada cuidadosamente para buscar señales de una condición médica más seria.
Convivencia y Manejo
A continuación de un aborto, puede haber una gran cantidad de incomodidad y/o algún sangrado vaginal o descargas anormales. Existen muchos casos donde surge algún problema bacterial de largo plazo. Los propietarios de mascotas deben observar cuidadosamente el comportamiento de su perra para asegurarse que como resultado de esto no se desarrollan problemas serios.
Quieres controlar la vida reproductora de tu perra y evitar que nazcan cachorros no deseados, pero estás preocupado porque:
- Se ha escapado mientras aún estaba en celo y existe el riesgo de que la hayan montado
- El tamaño del macho era demasiado grande para ella
- La perra es demasiado joven o demasiado vieja y la gestación puede ser arriesgada
Debes saber que tu veterinario dispone de métodos modernos y eficaces para interrumpir una posible gestación.
Tu veterinario te informará del momento más adecuado. En general, lo más práctico es tratar a tu perra después de terminar el celo pero sin dejar pasar muchos días. En este periodo se obtiene la mayor eficacia con mínimos efectos secundarios. Tu veterinario también puede realizar, si es necesario, un tratamiento más tardío con buena eficacia y seguridad. Él te informará del tiempo límite de actuación. Si la perra está en un estado avanzado de gestación, el aborto puede provocar ciertas manifestaciones clínicas. No son graves pero sí un poco más molestas.
En ambos casos, debes volver a la clínica cuando te diga el veterinario para completar el tratamiento.
En muchos casos, ninguno. Aunque podría suceder que.
- La perra se lama con frecuencia su zona genital e ingiera gradualmente los tejidos eliminados.
- Veamos en ella una secreción vaginal, más abundante y consistente.
- Que pueda estar deprimida o sin apetito durante unos días.
- Se muestre excitada o jadee y llore.
Sí. Las anti-hormonas tienen la ventaja de no alterar la capacidad reproductora. No incrementan el riesgo de infecciones uterinas en la perra y no modifican su fertilidad. La perra puede volver a tener el celo entre 1 y 3 meses después del tratamiento, es decir, antes de lo normal.
Si el aborto se practica mientras la perra aún sigue en celo, se deben evitar nuevas montas durante o después del tratamiento porque la perra podría quedar preñada de nuevo. Por eso lo más seguro es esperar a que termine el periodo fértil.
El delicado equilibrio de un embarazo
El vientre materno de la perra funciona como un delicado, pero completo, universo para los embriones que se desarrollan en su interior. Los fetos no son autosuficientes y se alimentan de los nutrientes presentes en el cuerpo de la perra.
El aborto espontáneo es más visible y doloroso para una perra que lo sufre a partir de su quinta semana de embarazo
Ese complejo universo que es el vientre de una perra gestante se mantiene gracias a un sin fin de equilibrios y reacciones químicas que permiten a los fetos contar con el alimento y la condiciones idóneas que precisan para su desarrollo.
Durante las dos primeras semanas de gestación, los embriones aún no han alcanzado las paredes del útero de la perra, a las que se anclarán para terminar su crecimiento. Los embriones flotantes dependen por completo del fluido materno y de su complejo equilibrio de reacciones químicas y biológicas. Cualquier alteración que haga de este universo un lugar poco confortable puede hacer que los embriones no sobrevivan.
El momento más delicado
Durante la segunda mitad de la gestación, el crecimiento de los embriones en el interior del vientre materno se acelera. Para el día 30, los órganos fundamentales empiezan a crecer. Incluso sus corazones empiezan a latir. También es el momento más delicado de la gestación , cuando más riego existe de que la perra sufra un aborto espontáneo.
Si la pérdida sucede antes de la quinta semana de gestación, es posible que el cuerpo de la perra reabsorba a los embriones, de forma que lo único que quede de ellos sean unos bultos visibles en el vientre de la perra.
La muerte de los embriones en estas etapas tempranas de la gestación de la perra suele pasar desapercibida, y el animal no tiene por qué sufrir daño. Es posible incluso que el aborto tenga lugar antes de que el veterinario haya confirmado el embarazo. Lo que explica que estas pérdidas precoces suelan relacionarse como una causa de infertilidad de la perra, más que como un aborto al uso
Aún con pérdidas, el embarazo de la perra puede seguir. La muerte de uno o varios fetos no siempre supone que la gestación haya finalizado. El desarrollo embrionario puede continuar y acabar con el nacimiento de algunos de los cachorros sanos al final de las nueve semanas de gestación.
Abortos después de las cinco semanas
El aborto espontáneo es más visible y doloroso para una perra que lo sufre a partir de su quinta semana de embarazo. El indicio más evidente de que algo no va bien es la aparición de un inesperado sangrado en una cantidad abundante. El fluido expulsado puede tener matices de color marrón verdoso característico del pigmento de la placenta materna. Este sangrado puede incluir los fetos expulsados por el cuerpo de la perra.
Además de la sangre, la repentina contracción del estómago de la perra revela que existe un problema. Este estrechamiento causa malestar y dolores. Junto con las señales externas, la perra que pierde a sus cachorros en esta última etapa de la gestación enferma. El animal puede mostrarse cansado y deprimido, sufrir pérdidas de apetito, deshidratación e incluso algo de fiebre. Los vómitos y diarreas son otros de los síntomas de una perra que ha abortado.
Razones del aborto
La causa más común para un aborto espontáneo en la última etapa del embarazo es un desequilibrio hormonal en el interior del vientre de la perra. Los embriones dependen por completo de este medio y los desajusten acaban con la muerte de los fetos.
La presencia de la bacteria conocida como Brucilla canis es otro motivo que explica abortos inesperados en perras, en especial en los centros de acogida de animales ya que es muy contagiosa. El parásito Neospora caninum, presente en el agua y alimentos contaminados y algunos hongos, también pueden provocar abortos espontáneos en nuestra mascota.
Vigile la presencia de parásitos y de bacterias en su perra gestante. Los análisis de sangre ayudan a realizar una pronta detección.
Un sangrado anormal y abundante puede avisar de que la perra sufre un aborto.
Una perra que sufre un aborto espontáneo a causa de una infección de parásitos o bacterias debe ser tratada.
Recuerde que el aborto puede provocar malestar y dolores en la perra, que se mostrará enferma y deprimida.
Qué hacer si sospechamos que nuestra perra lleva mal su embarazo
Lo primero que hay que hacer es someter a nuestra perra a revisiones veterinarias para que el profesional controle la gestación. A pesar de las precauciones, puede provocarse un aborto natural que, como en las personas, puede deberse a diversas causas: muerte de los cachorros, bacterias, anomalías, problemas hormonales, accidentes, parásitos,etc.
Otra veces, si existen riesgos debido a la mala salud del animal, o a su edad, el veterinario puede aconsejar interrumpir el embarazo. Lo ideal es realizarlo antes del mes y medio de gestación. En este caso, tras examinar al perro mediante ecografías y análisis conocerá el estado en el que se encuentra.
El método habitual consiste en poner a la perra, de forma muy controlada, dos inyecciones que suelen contener distintas dosis de antiprolactinos, corticoesteroides o antiprogestínicos. El proceso no suele tener efectos secundarios y el animal puede marcharse a su casa.
El síntoma que delata que una perra ha sufrido un aborto es el habitual sangrado vaginal.